PRI y PAN se engrescan en tenso debate y se acusan mutuamente de ser los más corruptos
Diputados reprueban las cuentas públicas de 2002 y 2003 de Fox
E. Méndez y F. Martínez
Con una mayoría de apenas nueve votos de diferencia sobre Acción Nacional, los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Revolucionario Institucional (PRI), del Trabajo (PT), Convergencia y Verde Ecologista de México (PVEM) rechazaron las cuentas públicas de 2002 y 2003 del gobierno de Vicente Fox, lo que constituye un voto de censura al primer gobierno del blanquiazul, en medio de un debate sobre qué autoridades han sido más corruptas: los priístas o los panistas.
“¡Reprobado, reprobado!”, coreó una eufórica bancada del PRI, que se cobró en el pleno la guerra sucia del dirigente Germán Martínez en contra del tricolor con la devolución, por primera vez en la historia del Congreso, de la cuenta pública de un presidente de la República.
Además, fue el ausentismo, ya crónico de los panistas en esta Legislatura, el factor que facilitó el resultado: de 206 que integran la bancada, ayer sólo se presentaron 163, mientras que la oposición sumó 174 en contra, y se registró una solitaria abstención del petista Joaquín Vela.
“Diez más y nos chingan”, dijo el priísta Samuel Aguilar, mientras al final de la sesión en que los panistas perdieron también el debate, el coordinador blanquiazul, Héctor Larios, que sólo se apareció en la sesión para votar, se disculpaba por los insultos de sus compañeros a la mesa directiva y advertía que hoy entregará a la prensa la lista de sus compañeros que no votaron para defender a Fox.
En los contrastes del debate, desde la tribuna, el perredista Juan Guerra Ochoa definió que el PAN ha resultado en el gobierno tan corrupto como el PRI lo fue durante 70 años. “Sólo que ustedes son más cínicos”, les dijo, en una frase que con todo y su carga fue celebrada por los priístas, que le aplaudían de pie en sus curules.
El panista Juan José Rodríguez Prats fue de los legisladores más eufóricos en la sesión en San LázaroFoto Francisco Olvera
Histórico operador político del PRI en las elecciones controvertidas, el michoacano Ascensión Orihuela se solazaba con el “juicio sumario” a Fox: “¡Corruuuuupto!”
La también priísta Beatriz Pagés Llergo desgranó los defectos del sexenio: el saludo a sus hijos en la toma de posesión, México cayó al número 16 de las economías mundiales, el crecimiento del producto interno bruto fue de 2.7 por ciento en promedio, el derroche de 700 mil millones de excedentes por la renta petrolera.
“Fue un mundo esquizoide, de absurdas contradicciones. ¿Para eso quiso ser presidente? ¿Ese fue el gobierno del cambio? ¡Nunca más un improvisado en la Presidencia!”
El enojo surgía en la bancada panista. “¡Inquisidores de Vicente Fox!”, los llamó Edwiges Alcaraz. Valentina Batres, diputada del PRD, sostuvo que con Fox el país sufrió “el presidente más torpe y fantoche” de la historia, que derrochó la renta petrolera e hizo “nuevos millonarios a costa del erario”. Recordó el caso de las toallas de 4 mil pesos y los colchones del embajador Carlos Flores, como signo del despilfarro sexenal, así como la compra fraudulenta de El Tamarindillo, la venta de playas en Cancún “a sus cuates” y los “abundantes negocios” de los hijos de Marta Sahagún, como pruebas del tráfico de influencias.
Los panistas se quedaron con ganas de responder. Acabado el debate negociado, y como el presidente de la mesa directiva, el priísta César Duarte, cerró la lista de oradores, desde las filas del PAN clamaron por los días del colaboracionismo de Ruth Zavaleta: “¡Ruth, te extrañamos!”
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