viernes, 22 de mayo de 2009

AMLO SIGUE SIENDO MEXICANO. ---POLIMNIA ROMANA.---

Nos han tratado de convencer que los ancianos pierden la memoria y dicen puras tonterías, que después tienen que disculpar sus hijos a través de comunicados. Pues yo creo que no es así. Dos de las personas más importantes en mi vida son ancianas y me han enseñado más de lo que pude aprender en 23 años de escuela. Mis abuelas tienen 82 y 90 años y están más cuerdas que muchos estudiantes del ITAM. De repente parece que pierden el hilo de las conversaciones, pero la verdad es que su cabecita blanca está maquilando alguna idea muchas veces buena y otras tantas perversa, como buenas suegras que también son.

Desde hace 6 años he venido conociendo la vida de muchos otros viejitos que han construido con su trabajo el país que tenemos. Desde ingenieros que dedicaron buena parte de su vida a construir las carreteras que comunican municipios y ciudades hasta valientes mujeres que han sido Adelitas por partida doble. Cuando el general Lázaro Cárdenas pidió el apoyo de los mexicanos para rescatar el petróleo, ellas llevaron sus centavos y alhajas, alcancías y animales vivos, ahora esas mujeres hoy son las mismas Aelitas que apoyan al Presidente Legítimo en la lucha por el petróleo mexicano. Estoy segura que los abuelitos olvidan sólo lo que ellos quieren, y al mismo tiempo se aferran a aquellos recuerdos que los hicieron felices.

Ayer Andrés Manuel López Obrador fue testigo de que los viejecitos a quienes tanto defendió y ayudó durante su gobierno, no lo han perdido la memoria. Tarjeta en mano le recuerdan que ellos tienen, gracias a Obradorsus, una pensión que los independiza de sus familias y que les da el derecho a tener dinero para comprar comida y medicinas, o unos zapatos nuevos.

Siempre se cosecha lo que se siembra. Así como el Presidente está cosechando amor y más amor a todo lo largo y ancho de la Ciudad de México en los recorridos que está realizando, el pelele cosecha el repudio del pueblo por sus medidas antipopulares, por su ineptitud, por su protecciòn a los privilegiados de siempre, pero, sobre todo, repudio por su debilidad para hacer cumplir la ley y llamar a cuentas a los saqueadores de México, y cómo no los va a proteger si así se protege el mismo.

Ya reconoció Carstens que la situación económica no fue un simple catarrito, que la cosa se va a poner peor y que siempre no estamos blindados contra la crisis. No falta mucho para que, una vez más, le otorguen la razón a Andrés Manuel, que repitió más de mil veces que este modelo neoliberal nos iba a llevar a la banca rota. No sé si se atrevan a reconocerlo, pero el pueblo, que no es tonto, lo sabe y lo resiente en su bolsillo, por eso sigue firme en su apoyo a la única opción de cambio que existe en el país: Andrés Manuel López Obrador.

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