sábado, 20 de junio de 2009

SERPIENTES Y ESCALERAS

Salvador García Soto

20 de junio de 2009

El Big Brother de Los Pinos


Al presidente Felipe Calderón le han hecho fama de ser un hombre de mecha corta


El Presidente ha propuesto a las áreas directivas de Pemex que se instalen cámaras de video en las principales obras y proyectos en marcha de la paraestatal

Al presidente Felipe Calderón le han hecho fama de ser un hombre de mecha corta. Y lo es. Pero poco se ha dicho de lo precavido y cauteloso, a veces hasta receloso, que en algunos asuntos administrativos y políticos es el mandatario; tan precavido que a veces raya en lo desconfiado.

Eso se confirma con un dato que comentan en los altos círculos del gobierno, y que dice que entre las áreas a las que más recelo muestra el Presidente está Petróleos Mexicanos.

La paraestatal que maneja uno de los presupuestos más altos del sector público, y que asigna también el mayor volumen de obra y de contratos —tanto por tamaño como por los recursos que paga a sus contratistas—, es objeto de un seguimiento puntual, personal en algunos casos, por parte del presidente Calderón.




En varias de las obras y contratos de gran envergadura de los que maneja actualmente Pemex, Calderón ejerce una supervisión personalizada. Es el caso de la nueva refinería, en cuyo proyecto de planeación, evaluación y asignación el Presidente se ha involucrado a detalle; otra obra que sigue puntualmente es la de la creación del Parque del Bicentenario, que se construye actualmente en los terrenos de la antigua refinería de Azcapotzalco.




Es común, dicen, que Calderón llame por la red a Jesús Reyes Heroles para preguntarle detalles de algunos de los grandes proyectos; que decida qué funcionario debe hacerse cargo o incluso vete algunos nombres de funcionarios que pide que no se involucren en determinados proyectos.




Hasta ahí todo parece normal; una atención que está dentro de las obligaciones y responsabilidades del Presidente y que, aunque a veces demuestre cautela que raya en el recelo, pudiera entenderse por el conocimiento que Calderón tuvo sobre la dimensión de los intereses que se mueven en Pemex, y por supuesto también de la corrupción y el tráfico de influencias, en su experiencia como secretario de Energía del gobierno foxista.




Pero donde sí la cautela se vuelve ya desconfianza y da visos de obsesión es en una propuesta que el Presidente ha hecho a las áreas directivas de Pemex: que se instalen cámaras de video en las principales obras y proyectos en marcha de la paraestatal y que éstas manden imagen directa a la residencia oficial de Los Pinos, al despacho presidencial, desde donde el mandatario quiere tener imagen continua de la forma en que se desarrollan las obras y proyectos.




En la misma casa presidencial tienen dudas de la viabilidad técnica de la idea del Presidente y de los costos económicos que puede tener. Se entiende que la preocupación de Calderón debe ser la transparencia y eliminar cualquier viso de corrupción en los millonarios proyectos que desarrolla Pemex, pero lo que pide es crear algo así como una versión presidencial del Big Brother en la que podría ser una ocurrencia bien intencionada pero costosa e inútil.




Ingenieros y ex funcionarios de áreas técnicas del gobierno consultados por esta columna no sólo se sorprendieron con la idea de videovigilancia a las obras desde la casa presidencial. Recordaron que en la estructura administrativa y de fiscalización del gobierno federal hay suficientes controles y candados, figuras legales de supervisores regidas por las leyes de responsabilidades de los servidores públicos, que tienen la función de vigilar el adecuado desarrollo de la obra y de entregar reportes permanentes.




Entre las obligaciones de esas áreas está la de detectar y reportar cualquier anomalía, retraso o irregularidad en el desarrollo de las obras y el adecuado desempeño de las compañías privadas a las que se asignaron los proyectos. El registro en video del avance y construcción de grandes proyectos es algo que también se hace en casi todas las dependencias federales y particularmente en Pemex.




¿Serviría entonces un sistema de monitoreo en video que recoja la imagen de las obras en tiempo real, la envíe por satélite y se reciba la señal en las oficinas presidenciales? Lo que responden a esa pregunta los expertos consultados es que, además de lo costoso de ese sistema, podría no ser de la utilidad que piensan en Los Pinos debido a que la mayoría de los grandes proyectos avanzan a un ritmo lento y en el que difícilmente se pueden apreciar avances en cuestión de horas o de un día a otro.




Las fuentes de la casa presidencial consultadas no dan mayores datos de qué tan avanzada está la idea del Presidente de tener su propio Big Brother para “vigilar” el desarrollo de las grandes obras en Pemex; pero tal vez sería mejor que el Presidente analizara si no es más fácil y menos costoso para el erario, incluso más efectivo, revisar a sus colaboradores, funcionarios o encargados de obra y, en todo caso, contratar a algunos a los que les tenga plena confianza.

NOTAS INDISCRETAS... Con la mala fama que se hizo en su sexenio, de que cuando apoyaba públicamente algún equipo perdía, a Vicente Fox tal vez de nuevo le fallen las apuestas. Fue al “corredor azul” del estado de México a decir que el PAN iba a volver a ganar todas las posiciones en esa poblada y estratégica zona, pero a lo mejor no está bien informado de que el panismo ahí está fracturado y su división le va a restar fuerza en sus históricos bastiones en el valle de México. La renuncia a las filas del PAN del alcalde de Tlalnepantla, Marco Antonio Rodríguez Hurtado —El Tony— ha puesto en aprietos a la dirigencia estatal blanquiazul que dirige el senador Ulises Ramírez, que fue quien acorraló y orilló a la renuncia al Tony. Hay un resquebrajamiento del corredor azul; Tlalnepantla, tras la fractura, está en riesgo para los panistas; le sigue Naucalpan, donde el candidato panista Édgar Olvera se deslindo de José Luis Durán y de su familia en una reunión reciente con transportistas. Atizapán es quizá el único municipio que tienen seguro los panistas porque Izcalli es otro en peligro de pasar a manos del tricolor… En Nuevo León ya le llaman “el efecto Fernández” y se refieren al daño que hizo al PAN y a su candidato a la gubernatura, Fernando Elizondo, la filtración de las declaraciones de Mauricio Fernández en las que hablaba de sus encuentros con los hermanos Beltrán Leyva y se pronunciaba contra de la guerra al narco del presidente Calderón y a favor de la negociación y tolerancia con los narcotraficantes. Justo cuando la contienda por la gubernatura se cerraba y en el PRI veían preocupados cerrarse la ventaja de Rodrigo Medina, el “efecto Mauricio” afectó no sólo a Elizondo, que según encuestas cayó hasta cinco puntos, sino también pegó al candidato a la alcaldía de Monterrey, Fernando Larrazábal, que sufrió una baja frente al priísta Abel Guerra. Quedan dos semanas para la elección en Nuevo León. ¿Tendrán tiempo de recuperar terreno los panistas?... Los dados mandan serpiente. Semana complicada.

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