lunes, 1 de agosto de 2011

Demócratas de Izquierda. ¿Los nuevos troyanos? JORGE HERNÁNDEZ

Ya no resultan tan noticiosas y morbosas las acciones emprendidas por los adversarios internos de López Obrador. Ahora con la “nueva” insignia del grupo Nueva Izquierda –por cierto, tan absurdo el nombre de “nueva” izquierda, como ridículo el nombre de “demócratas” de izquierda- se da continuidad para gestar desde adentro la ya conocida forma para minar constantemente la imagen y liderazgo que ostenta el líder de Macuspana.
Lo interesante y desairado a la vez, sigue siendo la forma obstinada de seguirse confrontando ambas partes, tanto los chuchistas como los obradoristas le siguen apostando a la disidencia audaz como mecanismos neutralizadores de sus ataques. De lo chuchos queda clara su posición de confrontación, pues ésta no ha cambiado desde la visión de su líder Jesús Ortega. Por lo que respecta a los pejistas, éstos le siguen dando tanta importancia en lo público como en lo privado a la pelea entre ambos, tanto que sin darse cuenta, son generadores de temas y contenidos espléndidos para los voceros del régimen oligarca. Dirían en mi pueblo: así ni cómo ayudarles.
Ahora los nuevos demócratas hacen gala del respaldo y apoyo al regente capitalino Marcelo Ebrard, quien por cierto, se aprecia que ha reflexionado sobre el mayor error de AMLO en el 2006; evitar manejar un discurso tan socialista. En la lógica del Sr Ebrard –o de sus asesores camachistas- se observa a un candidato que trabaja para agradar a los 30 poderosos, pero sin que se llegase a ver tan entregado a ellos. Lo endeble de su estrategia, es sin duda la ausencia de carisma, liderazgo y sencillez para agradar al grueso de la población, y no sólo a las clases medias y altas como lo hiciera Calderón y la mayoría de los llamados “nuevos” políticos.
Mientras Marcelo Ebrard y sus impulsores trabajan para buscar la forma de incrementar la aceptación en los electores, en el grupo de los obradoristas sigue sin verse la figura genuina que apoye e impulse mucho más a borrar la imagen deteriorada por la guerra sucia en contra de López Obrador. Es más, ni el amigo y colega el periodista Federico Arreola ha sido capaz de influir para moderar el discurso socialista de AMLO, sin que ello signifique claudicar o buscar agradar a la sociedad con el afán de ganar votos, sino todo lo contrario, significa dar seguridad de que sus propuestas sociales pueden ser la base de una forma para incentivar el desarrollo y la creación de riquezas mediante mayor actividad empresarial.
El Apunte
Falta mucho y poco a la vez para las elecciones del 2012. Con lo que respecta a éste tecleador amateur, lo que me mueve ya no es tanto la figura de un político, sino todo lo contrario, poder llevar a los Pinos o a Palacio Nacional un proyecto alternativo de nación, en el liderazgo de un político

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