sábado, 6 de agosto de 2011

Rumbo al GDF 2012: @fernandeznorona-- ZAZIL CARRERAS

A partir de esta columna, inicio una serie de análisis de los posibles candidatos a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal rumbo a las elecciones del 2012 para lo cual, iniciaré con el bloque de los izquierdistas que aspiran a este cargo de elección popular.



En primer término, quiero enfocarme en un personaje controvertido que ha hecho de la política radical, su sello característico: Gerardo Fernández Noroña.



Podemos entender al radicalismo como la doctrina que propone una transformación política, económica y social de forma inmediata y puede ser también considerado parte de la izquierda, sin embargo, es una variante del liberalismo clásico que propone el mismo tipo de reformas en los mismos ámbitos estatales, pero a través de la revolución social.



Dentro de este sentido, Fernández Noroña ha logrado posicionarse como el prototipo del radical de izquierda, con una variante muy interesante: es un radical de izquierda que exige cambios de manera inmediata, pero utilizando un lenguaje y expresiones cercanas al sentimiento popular.



Si bien es cierto que en diversas ocasiones yo misma he caído en los brazos de sus fascinantes enfrentamientos verbales contra la presidencia usurpadora de Felipe Calderón y los funcionarios que de ese gobierno emanan, no he podido menos que preguntarme en más de una ocasión si el enfrentamiento verbal y visual que ha entablado es la forma adecuada de mostrar el radicalismo que este país requiere para su transformación de fondo.



Más allá de este tipo de expresiones de protesta, lo que más me preocupa del posible precandidato, es que utiliza este mismo estilo de confrontación con el electorado al que en un breve tiempo pedirá su voto. ¿El radicalismo significa entonces que solo comulgaremos de forma amable y amena con quienes comparten nuestra forma de pensar y seremos, por tanto, ásperos con quienes no comparten nuestra opinión? ¿No es también nuestro trabajo, y más el trabajo de un candidato, convencer a la gente que no piensa como nosotros?



He tenido la oportunidad de tratar de manera personal a Fernández Noroña, y en mi experiencia, puedo considerarlo sin lugar a dudas como una de las personas más cultas, preparadas e interesantes que he conocido. Creo que cuenta con el carisma y el posicionamiento público que le permitirá sin duda buscar –y con todo derecho- una candidatura para la jefatura de gobierno, sin embargo, me parece que está errando su estrategia ya que aleja al sector que necesita convencer: a los que no son de izquierda y mucho menos radicales. Quienes comulgamos ya con su forma de pensar, lo apoyamos, pero necesita más votos que esos, sobre todo por el pésimo trabajo que ha hecho la izquierda en el D.F. que ha logrado alejar a muchos simpatizantes.



Si consideramos que tiene 37,055 seguidores en twitter (hasta el momento en el que escribo esta columna) y que de esa cantidad hay que restar a quienes lo siguen precisamente por no apoyarlo, la cantidad restante, comparada con los 8,851,080 millones de habitantes en el Distrito Federal, podemos considerar que al diputado aún le falta mucho apoyo ciudadano por recibir, y no puede conseguirlo tratando a la población de la misma manera despectiva en la que frecuentemente trata a sus seguidores en tal red social.



Es cierto que ha tenido acercamientos a la sociedad muy interesantes, tales como sus recientes informes dentro del metro, con lo cual, además de lograr contacto ciudadano, genera proyección de imagen, que es necesaria y básica para ganar candidaturas, pero me parece que para la jefatura de gobierno, estos esfuerzos aún no son suficientes.



¿Que aún está a tiempo de lograr más apoyo por parte de la ciudadanía? Sí. ¿Que puede lograr ganar la jefatura con la estrategia actual que maneja? No.



No hay que olvidar, que los habitantes del Distrito Federal son de todo tipo, pero hay dos grupos particulares que requieren atención. Existen niveles de marginación muy severos que aún no se han logrado superar, así como un pequeño pero influyente sector de personas con muchos recursos económicos. Ambos grupos son muy importantes rumbo al 2012, uno por ser muy amplio pero que históricamente ha registrado el menor índice de votación y otro que, a pesar de ser minoritario, es precisamente el que en 2006 no fue atendido, y el que puede definir elecciones por los recursos que poseen. El primer grupo difícilmente conoce de ideologías políticas, el segundo, difícilmente es de izquierda.



Si las intenciones de Gerardo Fernández Noroña son tan serias como parecen, es indispensable que cambie su estrategia. El radicalismo que maneja no le funcionará con ninguno de los dos sectores a los que debe ganarse, será rechazado de manera inmediata por el sector económicamente estable del Distrito Federal, y no podrá llegar tampoco al sector económicamente más vulnerado si continúa casi de manera exclusiva su campaña a través de la red social.



La moderación, me parece, es necesaria no en el sentido de moderar la ideología o dejar de defender nuestras convicciones. La moderación en el caso de un candidato es siempre necesaria porque aunque es forma, siempre termina siendo fondo.



Sí, Fernández Noroña es un modelo absoluto de decir las cosas de frente, de actuar con coherencia defendiendo sus ideales, pero en el mundo electoral, ese coqueteo no le será suficiente para ganar una elección tan importante como la que busca. Las posibilidades las tiene, la capacidad también, la estrategia necesita cambiarla de manera urgente y sin duda, podría ser uno de los mejores candidatos en las futuras elecciones.

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