Marcelo Ebrard, no es estúpido, de hecho se le considera muy inteligente. ¿El Judas levantándole la mano a AMLO cuando gane la candidatura? Su actitud nos revela que sabe bien, que políticamente está a punto de perecer. Que está desahuciado porque se alejó del camino de la democracia. Porque durante la administración espuria sacó a relucir el cobre con evidente, aunque controlado despecho. Por lo que ahora aduce a su defensa ante el patíbulo, que el candidato de la izquierda debe ser para “competir” (según él contra Peña Nieto) y no para, “ocupar un espacio”.
AMLO, en efecto, ocupa el espacio entero de la candidatura, no tiene competencia y es el único que puede des-peñar al PRIAN.
Por ello es que la impotente y disimulada amargura del regente, ni la “operación Rosalinda” la aplacó.
La estadística en su contra, que aparece en su talante de desprecio hacia la voluntad del pueblo, es a causa de su clara falta de credibilidad, de sus principios mancillados al desconocer el fraude electoral 2006, al aliarse con Calderón y con el PAN.
Al maligno gobierno que acabó de darle la última estocada de muerte al país. Pero le aseguro a Marcelo que será la última.
Porque la herida ciudadana es tan profunda, la urgencia es hoy tan grande para abolir las políticas de devastación social a las que ha profesado obediencia. Justo este “espacio que él ha avalado” y sin medida quiso ocupar su ambición a costa de la justicia y la clara preferencia del pueblo por el líder tabasqueño, es probable lo expelan en adelante de cualquier asignatura de alto rango en la confianza pública.
Me parece que hoy día que recordamos a nuestros muertos, Ebrard reflexionará en su fuero interno:
“¿Cómo fue que cavé mi propia tumba? ¿Cómo fue que me doblegué ante los reaccionarios de la regeneración de la vida pública? ¿Cómo fue que caí, que me infecté del sistema podrido que se resiste a retirarse para no perder los ancestros privilegios? ¿Cómo accedí a ser deslumbrado por la lisonja de Salinas, de Cárdenas, de Camacho, de Calderón, de Gordillo, de Ortega, fieles simuladores, acérrimos detractores de los derechos y garantías del pueblo, de la fraternidad, de la igualdad, de la paz y del real progreso nacional?
¿Cómo fue?
Judas clamará el perdón, pero reitero, es probable el pueblo se negará a otorgárselo
No hay comentarios:
Publicar un comentario