martes, 7 de febrero de 2012

Josefina: El diluvio que viene-- JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO

El día de las elecciones internas panistas para elegir su candidato a presidente de la república, los militantes, dirigentes y hasta el líder real de la organización que es Felipe Calderón, festejaron con un ánimo que parecía una victoria el 1 de julio que Josefina Vázquez Mota resultará favorecida en el proceso.

El ánimo de los panistas fue una actitud episódica, momentánea y por lo tanto muy probablemente fugaz.

A Josefina Vázquez Mota se le justifica su alegría porque derrotó a la maquinaria del presidente Felipe Calderón que estaba a favor de Ernesto Cordero.

Pero eso no tiene nada que ver con lo que ocurrirá cuando Josefina se enfrente en el terreno de los hechos al poderoso equipo de Enrique Peña Nieto y a la gran movilización social de Andrés Manuel López Obrador.

Enrique Peña Nieto ha logrado limpiarle la cara al PRI viejo y lleno de mañas que la sociedad repudió en el año 2000 dando oportunidad al PAN de realizar un gobierno de alternancia efectiva para el pueblo.

La condena al PRI, que estaba encarnado por el impresentable Roberto Madrazo, no funcionó en la realidad.

Vicente Fox realizó un gobierno frívolo, patrimonialista, omiso en rendición de cuentas y sobre todo permisivo del enriquecimiento de sus más cercanos familiares.

Y luego vino el cuestionado triunfo de Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador en el 2006. Fue evidente que la gente ya no confiaba en la forma de gobernar del PAN. Pero la magia de los alquimistas del nuevo orden que ha formado el PAN, logró un increíble triunfo de Calderón en el último momento por solo .40% de ventaja sobre el tabasqueño.

Calderón ha cometido errores crasos como presidente y como político.

Se ha empeñado de una manera enfermiza en declarar que va ganando la guerra contra el crimen organizado a pesar de las evidencias diarias de que en México ocurre lo contrario. Que la guerra de la que tanto se ostenta como vencedor, es una guerra perdida y por lo tanto fallida.

Y a seguir con esa guerra se comprometió Josefina el domingo.

Corrupción en PEMEX, en las telecomunicaciones, en los casos emblemáticos de deshonestidad como La Estela de la Luz, las compras irregulares de acciones de PEMEX en España y pactos con Elba Esther Gordillo que resultaron ofensivos y costosos para México. La Lotería Nacional, el ISSSTE, la SEP en manos de familiares de la maestra y los millones de pesos transferidos al SNTE.

Ese es el diluvio que se le viene a Vázquez Mota de aquí en adelante.

La precandidata ganadora en el PAN se equivocó en su discurso inicial, dominado por la víscera y reducido de lógica.

Se entregó a Felipe Calderón esperando que el presidente la apoye como se pensaba que apoyaría a Ernesto Cordero.

Pero ya se vio que el apoyo de Felipe Calderón no funcionó a favor de Cordero. Es la aparición incuestionable del voto de castigo al mal gobierno.

¿Por qué habría de ser perdonado Calderón por la sociedad ofendida con Josefina como candidata?

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