Le sonara trillado o tal vez usted ya no desee leer una palabra más sobre el tema, por desgracia, el asunto de que tanto se habla desde siempre y del algunas personas están hartas es un tema que está presente como la sombra de cualquier cuerpo: LA POBREZA CRECIENTE Y EXTREMA.
Cada gobernante en México ha hecho lo suyo para empobrecer al país. La aportación del señor Calderón Hinojosa ha tenido varias caras y la primera fue su arribo indebido al poder, luego, buscando la legitimidad, echo al ejército a las calles y se enfrascó en algo que él llamó: GUERRA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO. Ante los malos resultados instauró una campaña publicitaria llamada: HABLEMOS BIEN DE MEXICO pues como consecuencia de la creciente violencia en el país el rubro turístico se desplomó,no querían visitar a los mexicanos ni sus familiares allende las fronteras y para sustentar la susodicha campaña cosmética prácticamente prohibió HABLAR MAL DE MEXICO(dixit Calderón) o sea decir la verdad.
Para asegurarse que todo saliera según su plan, Calderón se reunió con los dueños de la información masiva en el país y éstos convinieron en borrar de su información todo aquello que pudiera considerarse apológico de la delincuencia: mantas en las que se denunciaba que el mismo gobierno y sus fuerzas coercitivas eran parte del crimen que decían combatir; expresiones tales como el “levanton”, “Pa´q aprendan a respetar”, “cuerno de chivo”, “plata o plomo”; modismo que inevitablemente ya habían permeado el lenguaje social. Se eliminaron también las escenas dantescas de inacabables hileras de cadáveres tendidos en los campos o en las calles, las cabezas sin cuerpos, los cuerpos colgados en los puentes peatonales, la información de las fabulosas fortunas de los capos caídos en desgracia, y la toma de pueblos y municipios a sangre y fuego por comandos, además de que en cada enfrentamiento de las fuerzas del orden con los criminales, dejo de notificar sobre los muertos y heridos en las filas oficiales y nadamás se detallaban las bajas del bando enemigo.
Por desgracia el maquillaje impuesto por Calderón se agrietó y la imagen de México resultó peor y todo por culpa de la necia realidad. La inversión nacional y extranjera siguió cayendo, los comercios establecidos siguieron cerrando, el quiebre de la micro, pequeña, mediana y gran empresa se multiplicó y la gente abandonó sus hogares en masa. A esto se añadió la crisis hipotecaria estadounidense, la exagerada y mal manejada epidemia de la influenza porcina que únicamente sirvió para que Calderón comprara millones de dosis contra la mencionada gripe –cayendo el garlito de los laboratorios internacionales- y para que secuestrara a la ciudad de México. Con todo esto quiso vestirse de héroe y sólo consiguió ahondar la crisis económica, política y moral del país.
La pobreza extrema ya existía en México, Calderón no la inventó. Lo que se dice aquí es que la profundizó: la situación de los campesinos es dramática, los indígenas se hallan en peores circunstancias, los obreros obtienen sueldos raquíticos por la riqueza que producen y de modo paulatino son despojados de sus derechos y garantías laborales; hay un enorme universo de gente mayor de sesenta años sin trabajo, sin pensión, con una salud decreciente, un futuro inmediato, muy oscuro y sin atención médica y la gente joven tiene cancelada la posibilidad de estudiar o trabajar.
Pero si ya se echó usted el violín al hombro para musicalizar el drama griego (recuerde a Sófocles en su Edipo el Rey) que le he descrito deponga el aparato musical; le tengo dos buenas noticias: el sexenio de Calderón ya casi termina y la campaña de proselitismo electoral de una dama y tres caballeros que buscan relevarlo en los Pinos ya comenzó. Uno de ellos pretende ocupar la silla presidencial y para conseguirlo cuenta con el voto de usted. Y para convencerlo ya despliegan sus artes seductoras en spots, entrevistas, conferencias de prensa y hasta hacen acto de presencia en actos religiosos papales. Para convencerlo se desplazan por todo el país – uno ya visitó todo el territorio nacional en dos ocasiones- con los recursos que cada uno dispone y según su personalidad.
En el señor Enrique Peña Nieto todo es pompa y festín; él celebró un acuerdo con el contratista mexiquense Juan Armando Hinojosa para que le diera servicios aéreos que constan de lo siguiente: un jet Bombardier-Challenger matrícula XA-OH5 con capacidad para doce personas y un jet Dassault-Falcon 50 matrícula XA-PRR con cupo para nueve personas. En estos jets viajan él y sus más cercanos colaboradores y los utilizan para los viajes prolongados. Se calcula que Peña Nieto haga 50-60 viajes largos durante la campaña electoral. Los vehículos aéreos se rentan por hora vuelo y éstos cuestan entre $3500 y $5000 dólares la hora. Para los trayectos cortos el exgobernador mexiquense usa dos helicópteros indistintamente y paga la hora vuelo a $3800 dólares. Para sus colaboradores no tan cercanos usa aviones Boeing-737 con cupo de cien personas. Al estado de Oaxaca llegaron los que organizaron el evento en el Boeing-XA-UHZ; la renta de estos aviones es de $12000 dólares la hora vuelo.
La señora Josefina Vázquez Mota es más modosa, ella nadamás rentó para su uso personal y de sus allegados- entre los que no se encuentra su esposo; no logro olvidar que ella escribió un libro que tituló “Dios mió hazme viuda”- un Learjet 45 en el que caben 8 personas. De acuerdo al dicho de sus colaboradores el resto de los ayudantes se trasladan por todo el país en vuelos comerciales como cualquier hijo de vecino. Estos mismos colaboradores cercanos de la candidata informan que el Learjet lo alquilaron por 200 horas a $1550 dólares la hora vuelo aunque en el mercado aéreo la hora vuelo de este tipo de jets se cotiza en $2500 dólares. Cuando hizo pre-campaña Vázquez Mota viajó a Perú y Argentina en un avión de la compañía CEMEX, empresa cementera del señor Lorenzo Zambrano, uno de los hombres más adinerados de México, pero gente cercana a la exdiputada panista negó esta versión educiendo que el avión se lo rentaron a Programa Millas, compañía particular poseedora de una flotilla de aviones para empresarios.
El estilo de Andrés Manuel López Obrador es más sencillo: él recorre el territorio nacional ofreciendo un gobierno austero y se conduce con austeridad. A éste candidato se le mira en el aeropuerto de la ciudad de México cuatro veces a la semana haciendo fila para abordar vuelos comerciales y mientras espera habla con la gente que se acerca a saludarlo y a pedirle su autógrafo. La distancia que media entre los aeropuertos y los sitios a los que se dirige la cubre a bordo de una camioneta que conduce siempre su indispensable chofer y coordinador de logística; Nicolás Mollinedo y acompañado por su jefe de prensa; Cesar Yánez. Me resulta imposible informarle a usted la manera en que se traslada por la República Mexicana el tercer caballero en campaña electoral. Lo único que se sabe de él es que repite las propuestas de Enrique Peña Nieto y de Josefina Vázquez Mota: ellos van a seguir cubriendo con cadáveres el suelo mexicano, él también; ellos van a mejorar la educación con el mismo sistema que la hundió en el fracaso, él también. Se sabe que lo más destacado que ha realizado Gabriel Quadri lo hizo en Veracruz cuando se sumergió en el mar para pedirles su voto a los peces.
Este 1º de Julio ojala no vote usted por quien desde ahora se da vida de rey- o de reina- con el dinero de los impuestos porque cuando finalice su sexenio le repetirá las palabras que pronunció el rey español Juan Carlos I cuando fue sorprendido matando elefantes en África mientras que su pueblo se muere de hambre: “Me he equivocao, no volverá a suceder”.
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