Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Viernes 27 de abril de 2012, p. 12
Andrés Manuel López Obrador empezó la jornada de este jueves con una apretada agenda que lo llevó a utilizar el Sistema de Transporte Colectivo Metro, desde Polanco hasta Ciudad Deportiva, para no perder el vuelo 488 de Aeromar, que partía a las 11 de la mañana, el cual lo trasladó de la ciudad de México al puerto de Manzanillo, Colima, para encabezar una concentración.
Así, el político tabasqueño se mezcló con los capitalinos que normalmente utilizan las líneas 7 y 9 del Metro..
El candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista empezó sus actividades del día con una conferencia de prensa cuatro horas antes, en su casa de campaña ubicada en la colonia Roma. Ahí aseguró que si Enrique Peña Nieto “se metió conmigo ahora, es buen síntoma.
A lo mejor ya le aconsejaron que se lance, respondió ante el señalamiento de que un día antes, en Tabasco, su adversario del PRI, Enrique Peña Nieto, calificó de irresponsable la propuesta de López Obrador de reducir las tarifas eléctricas.
Poco antes de las ocho de la mañana se dirigió a la Hacienda de los Morales para desayunar en privado con jóvenes empresarios de la agrupación Young President’s Organization.
Alfonso Romo explicó que López Obrador aclaró quién es, porque es increíble, pero poca gente lo conoce, y pesan mucho las campañas en contra que han hecho desde hace muchos años.
Explicó que “siempre le preguntan sobre el plantón de Reforma; que si es (Hugo) Chávez, que si no… El candidato vino a dar confianza y veía las caras muy sonrientes, muy a gusto”.
Presionado por el tiempo, López Obrador advirtió en ese encuentro que utilizaría el Metro para llegar a tiempo al aeropuerto, porque de otra manera no lograría sortear el tránsito vehicular de la zona. A las 9:50 salió del restaurante.
En la estación Polanco del Metro, sobre la avenida Horacio, se bajó de su autómovil Jetta blanco y uno de sus asistentes le entregó una tarjeta para abordar el tren subterráneo, junto con su vocero, César Yáñez, y el general Audomaro Martínez Zapata.
Sonriente y abierto a platicar con los usuarios, varios le manifestaron su apoyo y se tomaron fotografías con él. A una señora le explicó que decidió viajar en el Metro para ir al aeropuerto, porque si no se le hacía tarde. El candidato primero viajó de pie, recargado en una puerta de acceso, y luego ocupó un asiento, donde entabló plática con un capitalino.
Transbordó en la estación Tacubaya hacia Ciudad Deportiva, donde ya lo esperaban otros integrantes de su equipo para llevarlo a la terminal 2 del aeropuerto. Ya llegamos, quizá más rápido que en el helicóptero de Peña, bromeó.
López Obrador volvió a mezclarse con los ciudadanos. Un hombre le deseó suerte. Él respondió: Sí, ésta es la buena.
Aún viajaba en el Metro cuando lo vocearon, al igual que a Yáñez y al general, porque el avión comercial estaba próximo a despegar. Casi a las 11 horas llegó a la sala 75 de la terminal aérea. Aeromar proporcionó una camioneta para el traslado del candidato y su comitiva a la aeronave y López Obrador llegó a tiempo a Manzanillo, donde encabezó una asamblea a la una de la tarde.
Las andanzas del candidato izquierdista fueron seguidas en la red Twitter. Un usuario escribió “¡córrele, Peje!”
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