“El PAN y Josefina se están cayendo, ni modo, tendré que votar por El Peje”, dice una señora en el FaceBook. “¡Ay no, qué asco!, ese populista expriista!”, revienta su compañera, bastante conocida por su molicie. Y a continuación, la asqueada mujer se lanza una vieja letanía de críticas contra el candidato de la izquierda:
-Salió del PRI. (¡Puta!, vaya novedad, ¿quién no ha salido del PRI en cualquiera de sus modalidades? ¡Hasta Gómez Morín, colaborador del manco Obregón! De priistas vergonzantes está lleno el país. Qué señora, en búsqueda de pureza política).
-Compuso el himno del PRI en Tabasco. (Que se sepa, López Obrador no es músico y ni la guitarra chifla, tal vez escribió la letra; ¿pero sabías que lo echaron de allí por querer reformar ese partido irreformable?).
-No acepta las derrotas. (¿Quién en su sano juicio y en México, ante elección tan cerrada, irregularidades flagrantes, etc., se echa en una hamaca en vez de buscar una aclaración de la misma?; el reclamo debiera hacerse a quienes no aceptaron el esclarecimiento del 0.56%).
-Ay, pero Bejarano y Ponce y… (Ambos fueron procesados y Ponce aún está preso; ¿pero dime, y toda la cohorte de priistas y panistas rateros? ¡Ah!, los contratos de Mouriño, el finado y nuevo héroe de bronce panista, eran transparentes, los Bibriesca, Moreira, bue…).
-Pero está lleno de priistas ahora. (Ya habíamos dicho que hasta las luminarias históricas del PAN han salido de allí, del “sistema”. ¿Tienes cabeza para entender que antes no había más que PRI, con escasas excepciones? ¿Tienes tiempo para revisar las propuestas de los candidatos y a quienes las llevarán a cabo, que es lo que importa? Sólo “El Peje” ha dado nombres de su gabinete, para ser juzgado asimismo. ¿Lo tienes o te da pereza y prefieres ir de té a la zona rosa?).
-Además habla con faltas de ortografía, ha de ser sucio, es de baja categoría, es mesiánico, es tropical, es… (No se habla con faltas de ortografía sino con variantes regionales del castellano, consulta a un lingüista, no a la mala lengua; lo demás…, bueno…).
-Votar AMLO es votar PRI, mejor voten por el PRI, digo, el nuevo rostro, el joven, el guapo, el… (Ay tú, yo te creía más “racionalita”, menos apasionada).
A la señora apesadumbrada del FaceBook quien como indecisa se inclina por López Obrador, el columnista González de Alba le argumenta su voto razonado (¡aguas!, que escribí el nombre del periodista junto al del candidato, no le vaya a dar sarpullido o acaso algún desmayo): Ay no, mira, Peña Nieto está bien chulo, ha aceptado el escándalo de sus hijos y mujeres para evitar caer en las encuestas, se le ve muy estadista en los comerciales, su super-profesional equipo lo cuida de arriesgarlo en debates tontos, mírenle los matices pues no es bazofia regurgitada y, además, se me hace que sí me cumple; a mí qué me importa si no lee, si no lo queremos para eso. (Perdón, creo que confundí las líneas y ya me hice bolas entre la señora gorda –no necesariamente gorda sino adiposa mental- y González de Alba, quien ayer en Milenio publicó “Votar AMLO es votar PRI”, contraviniendo la intención de una lectora suya en el FB de votar por la izquierda y entusiasmando hacerlo por Peña).
No es nueva la cruzada del columnista de Milenio contra de López Obrador. Así fue en 2006 acompañando a Enrique Krauze, Roger Bartra y Guillermo Sheridan. Acusó a los intelectuales y artistas quienes entonces apoyaron al candidato, de estar enamorados de él. A Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska les llamó “tamborilero” y “bastonera” a causa de su franca adhesión. González fungió entonces como tamborilero y bastonera de Krauze quien lo fuera a su vez de Fox, Calderón y el PAN. Ahora, González de Alba es perspicaz y nada sutil tambor-bastonera de Ernesto Peña (no encelemos a La Gaviota sugiriendo que el intelectual González esté enamorado de su galán; nada de arañazos en esta elección), porque tal vez le cumpla, en alto porcentaje, a México.
Señoras de la clase media mexicana, vacilantes de su voto, desilusionadas por 12 años tirados a la basura, fastidiadas por 70 años de corrupción, abrumadas por 82 años de más de lo mismo, de prianismo, no se dejen embaucar por seductores con disfraz de divulgador científico en las tardeadas o noches de reunión “pa’ echar la copa o el café”. No sea el odio, el miedo, el asco, la fobia o la ignorancia, el criterio definidor del voto sino la inteligencia; tampoco la imagen o el género. Entren al Twitter, un mundo mejor que el FaceBook, y entérense de lo que está realmente sucediendo en el país.
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