En su columna de ayer, Carlos Fernández Vega escribió un párrafo que no tiene desperdicio. Lo transcribo por si usted no lo leyó:
“En 1987, como candidato al hueso mayor, Carlos Salinas de Gortari armó su Comité de financiamiento de la campaña electoral. En él participaron 20 empresarios y 10 políticos tricolores. Los primeros, sin ser pobres antes del arranque sexenal de la solidaridad, rápidamente se convirtieron en mexicanos Forbes, al amasar rápidas cuan enormes fortunas, todas ellas superiores a MIL MILLONES DE DÓLARES, al tiempo que se quedaron con la mejor tajada de las empresas paraestatales privatizadas; los segundos simplemente agarraron buenas posiciones, aunque algunos de ellos se quedaron en el camino. Entonces, Peña Nieto va por la misma ruta, con los mismos barones”.
También ayer escribí sobre la conformación de ese nuevo CCE que acaba de surgir para apoyar un retroceso en el país de casi 30 años.
No volvamos a caer en esa trampa del juego de palabras para reivindicar los robos a la nación con palabras bonitas como fomento, rescate, modernización o gestoría. Por cierto, esta última fue pronunciada por los periodistas y comentaristas vendidos a la derecha para intentar salvar a los corruptos funcionarios públicos que, abusando de sus cargos, recibieron sobornos para facilitar la expansión rápida de las tiendas WAL*MART, que entre otras chuladas han venido a tronar a los pequeños y medianos comerciantes mexicanos y a ofrecer salarios de hambre a sus trabajadores.
No es mentira lo que estoy diciendo, así lo expresaron varios empleados de Televisa: “no fueron sobornos sino cobros por gestoría”.
Pues estos gestores que vienen desde la oscura época de Salinas ya están afilando dientes y garras para seguirse devorando lo que queda de país.
Allá nosotros si lo aceptamos y no defendemos lo que pertenece a todo el pueblo y no a unos cuantos rateros y mentirosos.
Peña Nieto no se atreve a hablar en público sin un guión escrito por sus “asesores”, (del grupo Salinas). Rechazó la invitación de una de las mejores periodistas de México, y de las más cultas por cierto.
Peña Nieto no puede, no se atreve a darle la cara a la gente que está engañando para después, como su Padrino Carlos Salinas, clavarle una puñalada por la espalda.
Peña Nieto tiene bien cuidado el discurso desde la cúpula del poder, sin embargo, sacó el cobre al comportarse igual que Salinas y conformar un grupo compacto que lo apoye para hacer que el PRI regrese a Los Pinos y siga la robadera.
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