Sigamos haciendo conciencia y paso a paso construyamos, aquí, en la tierra, el reino de la justicia
A pesar del nuevo fraude y la arbitrariedad con que fue cometido, así como el mensaje prepotente de que nos quitarán hasta el derecho a la esperanza, muchos mexicanos agrupados en el Movimiento de Regeneración Nacional, hemos decidido continuar luchando hasta lograr la transformación que necesita el país.
Mantenemos la convicción que, aun en condiciones adversas, enfrentando a los poderes más siniestros, se pueden lograr cambios profundos, siempre y cuando se construya una voluntad colectiva dispuesta a ejercer a plenitud sus derechos y a no permitir que impere el autoritarismo, la injusticia y la corrupción.
Creemos que la mejor forma de lograr una verdadera transformación depende en mucho del esfuerzo que hagamos para despertar la conciencia cívica, no solo de un grupo o de una minoría, sino de amplios sectores de la población, de una mayoría lo suficientemente influyente para establecer un nuevo orden social y político.
De ahí que en esta nueva etapa de lucha, estemos convocando a mujeres y hombres comprometidos con el renacimiento de México, para emprender juntos una campaña nacional de concientización, bajo los siguientes argumentos, consideraciones y medios:
Argumentos
• Con apego a la verdad, debemos convencer que si no hay un cambio de régimen no encontraremos la salida ante la crisis económica, de bienestar social, de inseguridad y, por ello, seguirá creciendo el número de mexicanos condenados a sobrevivir en medio de la miseria y continuará el empobrecimiento de las clases medias.
• Que no existe ninguna razón para pensar que con la misma política económica, orientada en lo fundamental a favorecer a traficantes de influencias, especuladores financieros y políticos corruptos, se puedan impulsar las actividades productivas y se fomente la creación de empleos.
• Que por lo mismo no habrá desarrollo, la economía permanecerá estancada, como ha sucedido desde hace 30 años, con el consecuente aumento del desempleo que, junto con el abandono a los jóvenes, han originado la actual crisis de inseguridad y de violencia.
• Que continuará la corrupción y la impunidad porque así lo indican los antecedentes de quienes ahora están detentando el poder. No debe olvidarse que se trata de personajes que forman parte de una red de intereses y complicidades que, sin ideales ni principios, solo los mueve la ambición y la codicia.
• Que la élite que domina en México buscará apropiarse o entregar la renta petrolera, compensando lo que dejaría de recibir la hacienda pública con el aumento de impuestos, en particular, el IVA y las gasolinas.
• Que la política neoliberal al servicio de la élite, no considera promover el desarrollo, es decir, impulsar actividades productivas, crear empleos, garantizar el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, la recreación, la cultura, la obtención de una vivienda apropiada, y este incumplimiento del Estado de su responsabilidad social, ha sido sustituido por programas asistenciales y por la entrega masiva de dádivas con propósitos electorales.
• Que los hombres del régimen seguirán aprovechando la pobreza generada por ellos mismos para buscar perpetuarse en el poder, ya sea mediante mecanismos clientelares de control político electoral (el ciclo solidaridad-pronasol-oportunidades-solidaridad) o con el recurso a la compra directa del voto ciudadano, como ocurrió en la elección presidencial del 2012.
En fin, son estos y otros más, los argumentos que podemos esgrimir para contrarrestar el bombardeo de mentiras y la manipulación que se lleva a cabo en la mayoría de los medios de información con el único propósito de mantener un régimen de privilegios para pocos a costa de la opresión y la miseria de muchos.
Consideraciones del por qué seguir adelante
Debemos comunicar a la gente que la impotencia es, ante todo, un estado de espíritu: quien se siente impotente, lo es. Quien es capaz de imaginar formas específicas para transformar su realidad y de ponerlas en práctica con sus semejantes, de manera organizada, supera la impotencia y empieza a ejercer sus derechos.
Tengamos confianza en que sí se puede cambiar al régimen. Confianza en nosotros mismos, en el país y su gente. Pensemos que las metas que parecen imposibles se vuelven posibles, si empeñamos en ellas la gran pasión que surge de las convicciones humanistas.
Nuestro movimiento es un ejemplo. En poco tiempo hemos avanzado mucho: hemos contribuido a cambiar la mentalidad de amplios sectores del pueblo de México. Así lo indican los resultados electorales: cerca de 16 millones de mexicanos, sin que se les ofreciera dinero o migajas, de manera completamente libre, expresaron con su voto su firme decisión de abolir el actual régimen de corrupción, injusticias y privilegios. No son pocos los que ya no forman parte de la cultura de la sumisión y del conservadurismo en nuestro país.
Por eso, no debemos desanimarnos ni decir adiós a la esperanza. Por el contrario, debemos sentirnos orgullosos de tener la encomienda de regenerar la vida pública y lograr el renacimiento moral de México.
Ánimo, que es poco lo que falta. Uno, dos, tres, seis años, una década, son como un suspiro o un abrir y cerrar de ojos en la historia nacional. Quienes luchamos por una transformación que servirá a varias generaciones, debemos aprender a medir el tiempo de un modo distinto. No nos debe preocupar tanto cuánto dure consumar la obra de transformación. Lo importante es no dejar de caminar hacia ese ideal. Cuando se pregunta si falta mucho para llegar a un lugar, la mejor respuesta será siempre: “tú, sigue caminando”. Además, si tenemos la fuerza necesaria para resistir, veremos el triunfo de nuestra causa y, en el peor de los casos, habremos ayudado mucho a quienes vienen detrás de nosotros para lograr el cambo anhelado.
Nada de pesimismo. Toda acción en beneficio de los demás cura los males del alma, libera y produce felicidad.
Los medios para informar, organizar y actuar
Los medios para esta campaña nacional de concientización están a la vista. En los últimos años, la sociedad consciente y organizada ha ido construyendo poderosas herramientas de comunicación, difusión y formación, desde medios alternativos hasta grupos de reflexión, y ha aprendido a utilizar en su provecho el potencial de las redes sociales y del trabajo artístico y cultural.
Entre las herramientas de que disponemos para emprender la tarea de convencimiento, se encuentran:
• El periódico Regeneración, que ya está circulando de nuevo, el cual, debe leerse y ayudar a difundirlo.
• Buscar la colaboración de ciberactivistas en las principales redes sociales (facebook, Twitter, youtube, blogs).
• Participar en el trabajo comunitario y social de los comités de MORENA en pueblos, comunidades, colonias, barrios y municipios.
• Impulsar el trabajo de colectivos artísticos y culturales (música, teatro, poesía, danza, artes plásticas, literatura, cinematografía, videos, entre otros), que mostró su potencial en la campaña pasada.
• Establecer comunicación y relaciones de solidaridad con otros movimientos sociales, como ejercicio práctico de los principios que postulamos y defendemos.
Y algo muy importante: darle continuidad al trabajo que hemos venido realizando desde hace seis años y, en particular, a la labor que llevaron a cabo, durante la campaña presidencial, muchos ciudadanos conscientes que en sus ámbitos de estudio y trabajo, destinaron tiempo de acuerdo a sus posibilidades y, con sus propios métodos, ayudaron a despertar y a convencer a millones de mexicanos.
Por último, la información y los materiales que pueden utilizarse para llevar a cabo y participar en esta campaña nacional de concientización, están disponibles en el sitio:
http://www.morena.si/
Amigas y amigos:
Trabajemos por un país que no sea una máquina de muerte ni un sitio de mera sobrevivencia, sino un entorno de vida plena para todos. Trabajemos en la materialización del sueño de un nuevo modelo de convivencia. Edifiquemos una nueva patria. Paso a paso construyamos, aquí, en la tierra, el reino de la justicia.
Conduzcamos a México a un renacimiento luminoso y amable, y dejemos atrás este presente nacional amargo y oscuro. Hagamos realidad nuestro objetivo: el triunfo de la justicia sobre el poder.
A pesar del nuevo fraude y la arbitrariedad con que fue cometido, así como el mensaje prepotente de que nos quitarán hasta el derecho a la esperanza, muchos mexicanos agrupados en el Movimiento de Regeneración Nacional, hemos decidido continuar luchando hasta lograr la transformación que necesita el país.
Mantenemos la convicción que, aun en condiciones adversas, enfrentando a los poderes más siniestros, se pueden lograr cambios profundos, siempre y cuando se construya una voluntad colectiva dispuesta a ejercer a plenitud sus derechos y a no permitir que impere el autoritarismo, la injusticia y la corrupción.
Creemos que la mejor forma de lograr una verdadera transformación depende en mucho del esfuerzo que hagamos para despertar la conciencia cívica, no solo de un grupo o de una minoría, sino de amplios sectores de la población, de una mayoría lo suficientemente influyente para establecer un nuevo orden social y político.
De ahí que en esta nueva etapa de lucha, estemos convocando a mujeres y hombres comprometidos con el renacimiento de México, para emprender juntos una campaña nacional de concientización, bajo los siguientes argumentos, consideraciones y medios:
Argumentos
• Con apego a la verdad, debemos convencer que si no hay un cambio de régimen no encontraremos la salida ante la crisis económica, de bienestar social, de inseguridad y, por ello, seguirá creciendo el número de mexicanos condenados a sobrevivir en medio de la miseria y continuará el empobrecimiento de las clases medias.
• Que no existe ninguna razón para pensar que con la misma política económica, orientada en lo fundamental a favorecer a traficantes de influencias, especuladores financieros y políticos corruptos, se puedan impulsar las actividades productivas y se fomente la creación de empleos.
• Que por lo mismo no habrá desarrollo, la economía permanecerá estancada, como ha sucedido desde hace 30 años, con el consecuente aumento del desempleo que, junto con el abandono a los jóvenes, han originado la actual crisis de inseguridad y de violencia.
• Que continuará la corrupción y la impunidad porque así lo indican los antecedentes de quienes ahora están detentando el poder. No debe olvidarse que se trata de personajes que forman parte de una red de intereses y complicidades que, sin ideales ni principios, solo los mueve la ambición y la codicia.
• Que la élite que domina en México buscará apropiarse o entregar la renta petrolera, compensando lo que dejaría de recibir la hacienda pública con el aumento de impuestos, en particular, el IVA y las gasolinas.
• Que la política neoliberal al servicio de la élite, no considera promover el desarrollo, es decir, impulsar actividades productivas, crear empleos, garantizar el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, la recreación, la cultura, la obtención de una vivienda apropiada, y este incumplimiento del Estado de su responsabilidad social, ha sido sustituido por programas asistenciales y por la entrega masiva de dádivas con propósitos electorales.
• Que los hombres del régimen seguirán aprovechando la pobreza generada por ellos mismos para buscar perpetuarse en el poder, ya sea mediante mecanismos clientelares de control político electoral (el ciclo solidaridad-pronasol-oportunidades-solidaridad) o con el recurso a la compra directa del voto ciudadano, como ocurrió en la elección presidencial del 2012.
En fin, son estos y otros más, los argumentos que podemos esgrimir para contrarrestar el bombardeo de mentiras y la manipulación que se lleva a cabo en la mayoría de los medios de información con el único propósito de mantener un régimen de privilegios para pocos a costa de la opresión y la miseria de muchos.
Consideraciones del por qué seguir adelante
Debemos comunicar a la gente que la impotencia es, ante todo, un estado de espíritu: quien se siente impotente, lo es. Quien es capaz de imaginar formas específicas para transformar su realidad y de ponerlas en práctica con sus semejantes, de manera organizada, supera la impotencia y empieza a ejercer sus derechos.
Tengamos confianza en que sí se puede cambiar al régimen. Confianza en nosotros mismos, en el país y su gente. Pensemos que las metas que parecen imposibles se vuelven posibles, si empeñamos en ellas la gran pasión que surge de las convicciones humanistas.
Nuestro movimiento es un ejemplo. En poco tiempo hemos avanzado mucho: hemos contribuido a cambiar la mentalidad de amplios sectores del pueblo de México. Así lo indican los resultados electorales: cerca de 16 millones de mexicanos, sin que se les ofreciera dinero o migajas, de manera completamente libre, expresaron con su voto su firme decisión de abolir el actual régimen de corrupción, injusticias y privilegios. No son pocos los que ya no forman parte de la cultura de la sumisión y del conservadurismo en nuestro país.
Por eso, no debemos desanimarnos ni decir adiós a la esperanza. Por el contrario, debemos sentirnos orgullosos de tener la encomienda de regenerar la vida pública y lograr el renacimiento moral de México.
Ánimo, que es poco lo que falta. Uno, dos, tres, seis años, una década, son como un suspiro o un abrir y cerrar de ojos en la historia nacional. Quienes luchamos por una transformación que servirá a varias generaciones, debemos aprender a medir el tiempo de un modo distinto. No nos debe preocupar tanto cuánto dure consumar la obra de transformación. Lo importante es no dejar de caminar hacia ese ideal. Cuando se pregunta si falta mucho para llegar a un lugar, la mejor respuesta será siempre: “tú, sigue caminando”. Además, si tenemos la fuerza necesaria para resistir, veremos el triunfo de nuestra causa y, en el peor de los casos, habremos ayudado mucho a quienes vienen detrás de nosotros para lograr el cambo anhelado.
Nada de pesimismo. Toda acción en beneficio de los demás cura los males del alma, libera y produce felicidad.
Los medios para informar, organizar y actuar
Los medios para esta campaña nacional de concientización están a la vista. En los últimos años, la sociedad consciente y organizada ha ido construyendo poderosas herramientas de comunicación, difusión y formación, desde medios alternativos hasta grupos de reflexión, y ha aprendido a utilizar en su provecho el potencial de las redes sociales y del trabajo artístico y cultural.
Entre las herramientas de que disponemos para emprender la tarea de convencimiento, se encuentran:
• El periódico Regeneración, que ya está circulando de nuevo, el cual, debe leerse y ayudar a difundirlo.
• Buscar la colaboración de ciberactivistas en las principales redes sociales (facebook, Twitter, youtube, blogs).
• Participar en el trabajo comunitario y social de los comités de MORENA en pueblos, comunidades, colonias, barrios y municipios.
• Impulsar el trabajo de colectivos artísticos y culturales (música, teatro, poesía, danza, artes plásticas, literatura, cinematografía, videos, entre otros), que mostró su potencial en la campaña pasada.
• Establecer comunicación y relaciones de solidaridad con otros movimientos sociales, como ejercicio práctico de los principios que postulamos y defendemos.
Y algo muy importante: darle continuidad al trabajo que hemos venido realizando desde hace seis años y, en particular, a la labor que llevaron a cabo, durante la campaña presidencial, muchos ciudadanos conscientes que en sus ámbitos de estudio y trabajo, destinaron tiempo de acuerdo a sus posibilidades y, con sus propios métodos, ayudaron a despertar y a convencer a millones de mexicanos.
Por último, la información y los materiales que pueden utilizarse para llevar a cabo y participar en esta campaña nacional de concientización, están disponibles en el sitio:
http://www.morena.si/
Amigas y amigos:
Trabajemos por un país que no sea una máquina de muerte ni un sitio de mera sobrevivencia, sino un entorno de vida plena para todos. Trabajemos en la materialización del sueño de un nuevo modelo de convivencia. Edifiquemos una nueva patria. Paso a paso construyamos, aquí, en la tierra, el reino de la justicia.
Conduzcamos a México a un renacimiento luminoso y amable, y dejemos atrás este presente nacional amargo y oscuro. Hagamos realidad nuestro objetivo: el triunfo de la justicia sobre el poder.
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