domingo, 7 de junio de 2009

El IMSS, a punto de decir que los niños de la guardería incendiada murieron de paperas




Por Federico Arreola
06 de Junio, 2009 - 15:42
"Cosas veredes, Sancho". ¿O la frase correcta es "cosas veredes, Mío Cid"? Creo que las dos se usan, es decir, se usaron cuando la gente hablaba español utilizando palabras tan raras. Para el caso es lo mismo.

Ahora resulta que, según el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, los 35 niños de la incendiada guardería de Hermosillo, Sonora, murieron seguramente de muerte natural.

No puedo interpretar de otra forma lo que él se fue a decir a esa ciudad del occidente de México. En efecto, junto al gobernador Eduardo Bours, el señor Daniel Karam afirmó muy orondo que la última vez que se le hizo una evaluación a la Guardería ABC, incendiada este viernes, fue el pasado 26 de mayo y que se encontró todo en orden.

Vaya cínico.

Cito sus palabras según las publicó Reforma: "La última evaluación que se hizo a esta guardería fue el 26 de mayo y se cumplió con todos los requisitos". ¡Esas fueron sus palabras!

Es bueno saber que, de acuerdo a lo informado por el director del IMSS, la guardería contaba con ruta de evacuación, extintores y puertas de emergencia.

Carajo. Si así eran las cosas, entonces ¿por qué para rescatar a los niños quemados se tuvieron que derribar las paredes de la guardería incendiada?

Ni la burla perdonan algunos los políticos. Se entiende que deban ser un poquito mentirosos en época electoral, pero que, por favor, no abusen.

¿Es correcto, le pregunto al director del IMSS, que una guardería opere al lado de un taller mecánico? El 26 de mayo pasado el taller ya estaba ahí. Y si eso es encontrar las cosas en orden, pues entonces la luna es de queso, la tierra plana, los dragones roban princesas y a Blanca Nieves los enanos se le convirtieron en los Lakers de Los Ángeles.

Murieron 35 niños en el incendio de una guardería del IMSS concesionada por el IMSS, y el gobierno -los dos gobiernos, tanto el local como el federal- se ven poco interesados en hacer justicia y mucho en preparar el terreno para darle rápidamente carpetazo al asunto.

Los ciudadanos no lo debemos permitir. Y si nos acusan de necios o de politizar la tragedia, no importa. Digo, 35 vidas perdidas bien justifican cualquier acto de terquedad
LA TRAGEDIA DE HERMOSILLO SON. Y EL NEOLIBERALISMO.
En la tragedia de Hermosillo, aparte de la responsabilidades que tienen el Gobierno Federal a través del IMSS, el Gobierno del Estado y del Municipio que deberán de ser investigadas, hay que ir a fondo en este asunto y es que el proyecto neoliberal iniciado en México, desde el gobierno del desmemoriado De Lamadrid hasta el del espurio de Calderón, en su obsesión por implantarlo a ultranza, a pesar de su fracaso a nivel mundial y que entre otras calamidades, hizo detonar la actual crisis mundial que padecemos, se manejó por parte de los neoliberales, que el estado debería de retirarse de la prestación de servicios y dejar el paso a las fuerzas del mercado, para que este se encargara de hacer eficiente, rentables y seguros la prestación de los mismos, suprimiendo muchas áreas y labores en las instituciones del sector salud, que se vieron fuertemente disminuidas en recursos materiales, humanos y presupuestales que afectaron las funciones que venían prestando y se dio entre otras el proceso de la subrogación o subcontratación de servicios entre otras el de las guarderías, que fueron concesionadas a los que vieron en esto un buen filón, para hacer “bissnes”, en complicidad con funcionarios que se beneficiaron de este proceso. Desafortunadamente, se comprueba que la eficiencia, seguridad y rentabilidad, no es mas que una de las tantas engañifas, que en el sector salud ha prohijado el neoliberalismo. Así como lo sucedido en Hermosillo, no sabemos que otras bombas de tiempo, se encuentran diseminadas a lo largo y ancho del país, en áreas y sectores que ni nos imaginamos y que cuando estallen, todo mundo se rasgará las vestiduras y tratando de explicarse que pasó, cuando no es mas que las secuelas de la corrupción cobijadas por el neoliberalismo y los funcionarios que sacan tajada de ello.

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