"Conviene matar el error, pero salvar a los que van errados", dijo San Agustín. ¿Y si los hombres errados no matan el error, sino matan por error? Es lo que hicieron los soldados que acribillaron "sin querer" a una familia regiomontana. Los errados, en este caso, deberían ser castigados como paso previo a su salvación. No pueden ni deben quedarse las cosas como si se hubiera tratado de equivocaciones sin importancia.
He pensado mucho antes de pedir una sanción, la que sea, para los soldados que dispararon y mataron "por error". Porque, en el actual México aterrorizado por la guerra, la gente que apoya incondicionalmente al Ejército nos califica de cómplices de la mafia a quienes no estamos dispuestos a tolerar los crímenes "por error" que cada día con mayor frecuencia cometen los militares.
¿Habrá castigo para los asesinos, que lo son aunque hayan disparado a inocentes pensando que eran culpables? Seguramente no. Al menos, no se habla mucho de eso.
Carajo, qué estúpidos vamos a ser los mexicanos si, en nombre de la "necesaria" guerra contra el narcotráfico dejamos pasar "errores" como el de matar a una familia. Si no protestamos, vendrán muchos otros "errores" y en alguno caeremos abatidos nosotros o nuestros amigos y familiares.
Y no, no defiendo a los narcos. Merecen todos estar en la cárcel. Por supuesto, después de haber sido aprehendidos y enjuiciados. Algo que ya no está ocurriendo. Estamos en guerra y la lógica del castigo no es la del derecho, sino una muy distinta: la de la muerte que, "por error", ya no solo afecta a los combatientes.
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