Que pese a los casos Tamaulipas y Sicilia, y a la ofensiva de críticas que los ha acompañado, en el gobierno federal respiran razonablemente tranquilos, ya que sus últimas encuestas internas siguen marcando que siete de cada diez mexicanos respaldan la lucha contra el crimen organizado.
¿Será otra paradoja del círculo rojo y círculo verde?
Que aunque así no lo parezca, parte de la nueva ofensiva del presidente del PRI, Humberto Moreira, contra el gobierno del presidente Calderón tiene que ver con los devastadores incendios en Coahuila.
Según esto, el coahuilense Moreira se hizo eco de la furia de sus paisanos, pues apenas el miércoles, casi dos semanas después de que comenzara la crisis en los bosques de la entidad, el gobierno federal hizo acto de presencia.
Por no hablar del secretario del Medio Ambiente, Rafael Elvira, quien llegó el jueves. Deben ser los peores incendios en la historia del norte del país y el gobierno federal como si nada, protestan los coahuilenses.
Que, prestos, los panistas aseguran que van a aprovechar todos los flancos para responderle a Moreira.
Pero sus disparos parecen muy suavecitos para la artillería que trae el presidente del PRI. Por ejemplo, ayer, ante estudiantes que asistieron en Puebla al foro “Telecomunicaciones: competitividad o prepotencia”, el dirigente del PAN, Gustavo Madero, dijo que el “plantón” que les dio Moreira se debe al “desaire” con que el coahuilense trata a los jóvenes.
Si es así, no le van a quitar ni una pluma.
Que alguien le podría avisar al jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, que en las pantallas del Metrobús, donde los pasajeros van viendo un canal de televisión llamado Tele Urban, nadie le cuida la imagen.
Tele Urban no sólo satura la pantalla con publirreportajes en los que Marcelo aparece como la nueva madre Teresa de Calcuta, sino que salpica de ignorancia a los viajeros.
Presenta, por ejemplo, una cápsula de efemérides titulada “A travez del tiempo” (así, con “z”). Y luego se quejan de las críticas a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
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