Sin ninguna autoridad moral que los respalde, Juan Molinar Horcasitas, quien se escabulló del gabinete para no ser llamado a rendir cuentas por la muerte de 49 niños, y Humberto Moreira, quien robó a manos llenas y dejó en su lugar a su hermano para que le cubra las espaldas, sacaron sus trapitos al sol y dejaron ver de lo que son capaces priistas y panistas cuando se trata de repartirse el dinero público.
El cínico de Horcasitas alega que los estados gobernados por el PRI se han endeudado de manera exagerada en los últimos cinco años y por ese motivo el PAN no avalará ninguna modificación a la Ley General de Coordinación Fiscal, pues los priistas no tienen llenadera.
Por su parte, Moreira refutó lo dicho por Horcasitas señalando que la presión de las finanzas públicas no proviene de la deuda que han asumido los estados, sino del excesivo gasto corriente del gobierno federal, y destacó que la suma de la deuda de los gobiernos estatales equivale apenas a un 0.72 por ciento de la que tiene el gobierno federal.
Desde luego que ambos tienen razón. Tanto priistas como panistas llegan al poder para saquear las finanzas públicas sin rendir cuentas a nadie y mucho menos entregar resultados a la población que, según ellos y sus instituciones, los eligió en sus cargos.
El hecho es que las entidades federativas cada vez están peor, y no me refiero solamente al crecimiento de la violencia y de la inseguridad, sino a la lamentable situación en materia educativa, de salud, de empleo, de infraestructura, de oportunidades para establecer negocios y de abandono de los campos de cultivo.
Esta es la realidad que percibimos a lo largo y ancho del país durante los recorridos que realiza Andrés Manuel López Obrador.
No se trata de presumir quien roba menos y culpar a los que roban más, pal caso es lo mismo.
No señores, lo que debería preocuparles si tuvieran vergüenza es el pésimo rendimiento de los gobiernos emanados del PRI y del PAN. No hace falta que se insulten, sus resultados están a la vista de todos.
Por eso, justamente por eso, la población se organiza desde abajo en un Movimiento Nacional para impedir que sigan en el poder este tipo de personajes que tanto nos han robado.
Bien dice Andrés Manuel López Obrador que PRI y PAN son lo mismo y que al final siempre llegan a acuerdos denigrantes. Porque estas acusaciones no pasarán de ser meros chismes de vecindario. Al tiempo...
Si viviéramos en un estado de derecho, como al que aspiramos millones de mexicanos conscientes, Horcasitas estaría pagando una condena por su responsabilidad en la muerte de 49 niños y más de 70 que vivirán con afectaciones el resto de su vida; y el tal Moreira perdería de inmediato la impunidad que le garantiza su hermano, a quien le heredó un gobierno lleno de irregularidades. Además, los medios de comunicación dejarían de ofrecerles espacios y de tratarlos con un respeto que no se han ganado.
El pueblo no olvida que estos señores y sus correligionarios avalaron el FOBAPROA, el fraude electoral de 2006 y los siguientes, el aumento de impuestos y de tarifas a los energéticos, el despido de más de 44 mil electricistas, el hostigamiento a los mineros, los despojos de tierras a las comunidades indígenas, la privatización de la industria eléctrica y una lista interminable de golpes para el pueblo y la nación.
Dentro del Movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, como lo escribí ayer en mi columna, aspiramos a una nueva corriente de pensamiento que reconozca y exalte la cultura y la inmensa bondad que hay en el pueblo de México (un pueblo ignorado por los gobiernos prianistas), una corriente de pensamiento que impida el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro sobre la dignidad, la verdad, los valores morales y el amor al prójimo.
Estos señores no conocen estos conceptos, si los supiesen estarían avergonzados de lo que han hecho con el país.
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