domingo, 21 de agosto de 2011

TRASCENDIO

Que la cita por el cumpleaños del presidente Felipe Calderón, en Los Pinos, no sólo reunió a las élites política y empresarial mexicanas, sino que sirvió para que el panista Diego Fernández de Cevallos apartara al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, y le hablara en corto.

Más de uno quiso ver al ex candidato presidencial en el papel de coach, sobre todo cuando se unió al grupo el secretario de Trabajo, Javier Lozano, quien prometió que apoyaría a Cordero después de declinar a la contienda interna rumbo a 2012.

Que a la comida en Los Pinos, consistente en bocadillos del mar y tacos de carne, asistieron también Enrique Peña Nieto, Alonso Lujambio, Elba Esther Gordillo, Malova, Beatriz Paredes, Guillermo Galván, Francisco Saynez, Marisela Morales, Genaro García Luna, el cardenal Norberto Rivera y el líder del Episcopado, Carlos Aguiar.

Del lado empresarial estuvieron Carlos Slim y sus hijos, Olegario Vázquez Raña, Miguel Alemán y Roberto González Barrera, así como Francisco A. González y Francisco D. González A., presidente y director general de Grupo MILENIO, respectivamente.

El mandatario agradeció la organización del cónclave al general Jesús Javier Castillo Cabrera, jefe del Estado Mayor Presidencial.

Que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, aceptará cualquier encargo que le haga su jefe, el presidente Felipe Calderón, ya sea en la campaña de Ernesto Cordero o en otra cartera del gobierno, aunque de verdad brincaría de gusto si consigue la candidatura a senador por Puebla.

Que a pesar de las diferencias para elegir presidente de la Mesa Directiva en la Cámara, los coordinadores de PRI y PRD, Francisco Rojas y Armando Ríos Piter, respectivamente, no pierden el buen humor.

Por eso, aun cuando el perredista acusa al PRI de agandalle por querer repetir al frente de la Cámara, eso no les impide sentarse a comer.

Que el líder del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, citó a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional para informarles que podría dejar la dirigencia del gremio, pero sólo para que su hijo, Alejandro Gómez Casso, ocupe el lugar.

Vaya paquete le acabaría dejando a su vástago, pues últimamente ha perdido todos los amparos para que las huelgas que mantiene sean reconocidas.

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