miércoles, 12 de octubre de 2011

Y @M_Ebrard ahora calderonista… ¿ya romperá AMLO con él?-- FEDERICO ARREOLA

Durante el plantón de Paseo de la Reforma, las avenidas Madero y Juárez y el Zócalo de la Ciudad de México, el señor Marcelo Ebrard Casaubón juró que jamás iba a saludar a un presidente que él, en el verano de 2006, consideraba espurio.

¿Espurio? Sin duda. Es decir, falso, ilegítimo. ¿A quién atribuía la ilegitimidad don Marcelo Ebrard? A Felipe Calderón, desde luego. ¿Por qué? Porque Ebrard pensaba, como millones de mexicanos, que Calderón había llegado al poder después de un fraude electoral.

Pues bien, desde hace tiempo @M_Ebrard dejó de considerar espurio a Calderón. Ya se saludan ellos dos, sueñan con un alianza PAN-PRD para 2012 y hasta encabezan actos públicos juntos, como la inauguración de la Plaza Mariana en la Basílica de Guadalupe.

A Marcelo Ebrard, tan perverso él (y tan anticlerical), le tienen sin cuidado Felipe Calderón y la Virgen de Guadalupe. Si participó en un acto de enorme relevancia para el catolicismo mexicano (que sí es la fe que profesa Calderón) se debe a sus ganas de quedar bien con el principal panista de México.

Ebrard sabe que él solo como candidato de izquierda no puede ganar las elecciones presidenciales de 2012. Por eso, le urge que los panistas lo acepten para negociar con ellos una posible alianza.

El plan de Marcelo Ebrard, que naturalmente apoya Manuel Camacho, es arrebatar la candidatura izquierdista a Andrés Manuel López Obrador (el único que solo, sin alianzas, puede derrotar al PRI y al PAN).

¿Cómo piensa Ebrard quitarle la candidatura a López Obrador? Mediante encuestas cuchareadas que promoverá la burocracia del PRD dominada por los chuchos.

Después de eso, Ebrard calcula que le resultará posible pactar con el PAN. ¿Cómo? Negociando que, a la mitad del proceso electoral de 2012, el que vaya abajo en las encuestas entre él y el candidato panista se retire para apoyar al que tenga más apoyo popular. Ya se encargará don Marcelo de cucharear tales sondeos.

Es la fantasía de Ebrard: primero, hacer a un lado a AMLO apoyado por los chuchos del PRD y por encuestadores inmorales (que sobran en México), para posteriormente llegar a un arreglo con los panistas.

De ahí el neoguadalupanismo, absolutamente falso por lo demás, del actual jefe de gobierno del Distrito Federal. De ahí, también, que dedique tanto esfuerzo a enamorar a Calderón.

¿Y López Obrador? Montado en su macho… o en su “estrategia” de no dar gusto a quienes deseamos verlo romper con Ebrard.

Ojalá Andrés Manuel en el pecado no lleve la penitencia. Ojalá no, toda una nación lo lamentaría.

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