sábado, 18 de febrero de 2012

A la chingada la Guerra Sucia-- POLIMNIA ROMANA

No acostumbro responder a la “guerra sucia”, pero ahora sí se pasaron. No soporto las mentiras y menos las calumnias hacia alguien a quien aprecio y admiro tanto.

Que Andrés Manuel haya mencionado su cansancio fue motivo de fiesta en algunos círculos, sobretodo entre los columnistas que ignoran por completo su trabajo. Para algunos, los recorridos, giras y reuniones que sostiene López Obrador con indígenas, empresarios, obreros y campesinos son menos valiosos que un spot de Josefina Vázquez Mota.

Andrés Manuel López Obrador es humano, come, trabaja, juega béisbol y se cansa. Es el más humano de los políticos que conozco. También es el más preparado, consciente y sensible de los precandidatos a la Presidencia.

El asunto de su casa en Palenque, Chiapas, es un refrito. Un tema muy platicado. Increíble que los que se dicen periodistas de mundo no tengan un poco de imaginación para hablar de asuntos nuevos, frescos.

Pocos son los días que López Obrador dedica al descanso. Me refiero al descanso físico, pues aunque esté de vacaciones no deja de escribir, leer y proyectar. Cuando sus más cercanos colaboradores y familia lo convencen, viaja a Villahermosa en avión, después por carretera se traslada a las afueras de Palenque, Chiapas. Se aleja del ruido, los ajetreados días, de recorridos, de coordinadores, secretarios, senadores y a veces hasta de los periódicos

Un terreno verde y lleno de árboles rodea una pequeña casa de muebles coloniales. En las paredes y rincones, decenas de artesanías, pinturas, adornos, todos regalos de sus seguidores y amigos. Muy temprano el olor del café recién hecho inunda la casa. Andrés Manuel abre las puertas, sale a la terraza y toma su primera taza de café chiapaneco del día.

En cuanto termina su cafecito sale a caminar, desherbar y uno por uno revisa los árboles de su extensa colección. Tiene ejemplares de casi todos los estados, algunos dan frutos o flores hermosas y otros dan una fresca sombra que por esos lugares se solicita mucho.

Estoy segura de que una parte de Andrés Manuel quisiera vivir ahí para siempre. Sin embargo el compromiso que tiene con los mexicanos aplasta cualquier deseo propio de vivir más tranquilamente.

Si López Obrador se cansa, quiere decir que trabaja. Trabaja como millones de mexicanos de sol a sol. Trabaja por sus hijos y por nosotros. Llega a casa y duerme “a pierna suelta” como cualquier mexicano honesto.

Lo que pretenden los medios es desprestigiarlo, está muy claro. Tal vez sus puentes de comunicación no sean los más efectivos. Pero para eso estamos los que lo conocemos y confiamos en él, para llenar esos huecos y defender la verdad.

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