“Tapachula, Chiapas. Por segunda ocasión, Josefina Vázquez Mota enfrentó el reto de llenar un estadio de futbol.
“Superó el obstáculo de la puntualidad –llego cinco minutos antes-, pero no logró que la gente se quedara. Los asistentes empezaron a retirarse antes de que ella concluyera su discurso, pues los camiones ‘pasan hasta las 8 de la noche’.
“Cuando la candidata del PAN se percató de ese nuevo incidente, dijo tres líneas más de su discurso y lo concluyó apresuradamente. Fue la única oradora de un acto masivo que duró sólo 30 minutos.
“La Sonora Dinamita no logró convencer a la gente de que se quedara más tiempo. El Estadio Olímpico se vació en 10 minutos. ‘Lupita, Lupita, ¡ay Lupita!’, cantaba la Sonora para un reducido grupo.”
El anterior texto yo no lo redacté. De hecho, ya ha sido publicado en varios sitios de internet.
Yo, por andar ya casi de vacaciones, apenas me voy enterado de que se le vació otro estadio a Vázquez Mota.
No se trata, pues, de mi “guerra” contra Josefina.
Y es que, de hecho, no estoy en guerra con la señora del PAN.
Es ella, mujer que no da una, la que está en guerra consigo misma.
En esa batalla la ayuda su equipo de campaña, que no da una.
Insisto, lo mejor que puede hacer el PAN es cambiar a su candidata por alguien más calificado
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