AMLO se equivoca, pero no es violento. Hago una sugerencia a Peña Nieto y a @LVidegaray EN LO QUE NO SE EQUIVOCA ES LA NO PRIVATIZACION DEL PAIS Y AUMENTAR IMPUESTO A LOS MILONARIOS, YA ES HORA!!
La señora Polimnia Romana, diputada local en el Distrito Federal, durante varios años estuvo muy cerca de Andrés Manuel López Obrador. Mucho muy cerca. Debe haber miles de fotografías de Polimnia caminando a un lado de Andrés Manuel.
Ella se hizo famosa, como “Adelita”, en las protestas de mediados del sexenio de Felipe Calderón contra alguna reforma legislativa que buscaba abrir la industria petrolera al sector privado. Su imagen, tendida en el suelo bloqueando un autobús que transportaba senadores, fue difundida por prácticamente todos los medios de comunicación en México.
Polimnia Romana, por lo demás, es columnista de SDPnoticias.
Este lunes, la “Adelita” que siempre ha sido absolutamente leal a López Obrador ha expresado:
“En el Distrito Federal… contamos con mayoría en la Asamblea Legislativa para aprobar las leyes y medidas que (sigan) haciendo de la Ciudad de México uno de los lugares más seguros y prósperos del país”.
Pero en las cámaras de Diputados y Senadores, subraya Polimnia, no ocurre lo mismo “ya que ahí la mayoría la obtienen el PRI, el PAN, el PVEM y el PANAL de común acuerdo, porque hay que recordar que siempre se ponen de acuerdo cuando se trata de defender los privilegios de unos cuantos aunque al pueblo y al país se los siga llevando el tren”.
Por eso es importante, dice la admirable “Adelita”, “que el PRD no sólo se sume al PACTO POR MÉXICO sino que en dicho pacto haya aportado los puntos medulares en cuanto a programas sociales y defensa de los derechos de los ciudadanos se refiere. Sin el PACTO los legisladores del PRD PT MC no podrían mover un dedo a favor del país. La mayoría prianista los aplasta en cualquier oportunidad”.
Para la diputada que tanto ha defendido, durante tanto tiempo, la causa de López Obrador, “no podemos seguir eternamente en la confrontación pues, como vimos el sábado, siempre será manejada de tal manera que sirva para perjudicar a la gente de buena fe que lucha por un cambio real en el país”.
La verdad sea dicha, el texto del Pacto por México no tiene absolutamente nada de criticable. Pero Andrés Manuel López Obrador se ha pronunciado contra el acuerdo que los dirigentes del PRI, PAN y PRD firmaron con el presidente Enrique Peña Nieto ante la presencia de casi todos los gobernadores de México (incluidos los de izquierda) y los operadores principales del gabinete, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray.
Según Andrés Manuel, “el pacto contra México implica engaño, arreglos cupulares y corrupción. Total, ellos roban pero dejan robar y quien no transa no avanza”.
Andrés Manuel se equivoca en el tono y en el fondo de su comentario. El tono es ofensivo y hasta calumnioso, ¿o puede probar que todos los que participaron en la ceremonia de la firma del Pacto por México son ladrones?. Y en el fondo, que es lo importante, el líder izquierdista, el más importante que hay en México, busca ganancias políticas para su partido, MORENA, por la vía inadecuada, en mi opinión, de insistir en la división que no lleva a nada positivo.
Pero más allá de la innocua calumnia de que todos fuera de MORENA son ladrones, Andrés Manuel López Obrador no viola la ley ni la ética al rechazar el Pacto por México y cualquier otra medida gubernamental que se le pegue la gana cuestionar.
Andrés Manuel no acostumbra actuar fuera del marco de la ley y, hay que destacarlo, siempre ha llevado sus protestas por la vía pacífica.
Quizá el movimiento de Andrés Manuel, que ya es partido, no ayuda mucho al gobierno y a otros sectores de la sociedad mexicana, pero hasta el derecho a estorbar en santa paz y respetando las leyes es sagrado.
Por lo tanto no es correcto, claro que no, culpar a López Obrador por los actos vandálicos del primero de diciembre. Mucha gente, en los medios de comunicación, estorbando también en el camino que lleva a la sana convivencia social (e igualmente, desde luego, sin violar la ley) se ha dedicado en estos días a decir que fueron las actitudes rebeldes de Andrés Manuel las que provocaron la violencia en el centro del Distrito Federal.
Lo ha hecho, en El Norte de Monterrey, “El Abogado del Pueblo”, pseudónimo de la familia propietaria del Grupo Reforma, la Junco de la Vega:
“Francamente no se entiende ya la postura y actitud del ‘líder’ (expreso u oculto) de este movimiento de inconformidad, Andrés Manuel López Obrador, quien lleva ya 12 años atravesado en mero en medio del surco del progreso que pretendemos labrar los mexicanos. Casi un tercio de la población votó por él en las pasadas elecciones, es cierto, pero aceptando las reglas y ya superadas las elecciones, se acabaron las DIVISIONES, los enconos y los ataques”.
“Podría perfectamente ser AMLO una voz disidente, razonable, defensora de los grupos sociales menos favorecidos... ¡de manera pacífica!”.
“Estamos convencidos de que se equivoca de fea manera (como lo hizo cuando bloqueó Reforma, y quizás por ello perdió la elección) al trastocar la paz social buscando presionar políticamente y mostrar el feo rostro del radicalismo”.
El director editorial de Milenio, Carlos Marín, después de mencionar al “pionero en el azuzamiento del odio, Andrés Manuel López Obrador”, condenó la “patraña propalada en Twitter por Epigmenio Ibarra” de que un protestante había sido muerto en las afueras de San Lázaro.
En el diario La Razón, el señor Rubén Cortés no se salió del guión: “AMLO llegó lejos el sábado en su jueguito de la revolución, al apoyar a los insurgentes a sueldo que destruyeron bancos, cafeterías y restaurantes”
Para este columnista, que no puede probar sus afirmaciones, “el responsable es AMLO, que protege y arenga a criminales… AMLO debería ser investigado por su apoyar a quienes confesaron a la PGDF recibir 300 pesos por concentrarse a las 7:00 horas en el Metro San Lázaro con granadas de fragmentación, bombas molotov y gasolina”.
Sobran comentaristas decididos a culpar a López Obrador, como Luis González de Alba, de Milenio: “¿Envió López Obrador a los agresores? Quizás no. Pero los envenenó con odio”.
No violan la ley ni Andrés Manuel con sus actitudes rebeldes que lo llevan a rechazar todo lo que plantea el gobierno de Peña Nieto, ni los periodistas que ven al tabasqueño detrás de la violencia del primero de diciembre. Lo único que hacen todos ellos es complicar el diálogo que tanto se necesita para que México empiece a superar sus terribles problemas.
Por lo tanto, sugiero al presidente Enrique Peña Nieto y a su colaborador más inteligente, y creo que más sensato, Luis Videgaray, lo siguiente:
No piensen que la izquierda está de acuerdo con el Pacto por México. No se vayan a equivocar. Es muy bueno el acuerdo, pero líder del PRD que lo firmó, Jesús Zambrano, poco representa. Al que tienen que convencer es a López Obrador. ¿Cómo? Con paciencia. Insistiendo a diario en llevar al terco tabasqueño a la senda del diálogo. La paciencia, lo dijo un sabio excepcional, Isaac Newton, no la inteligencia, fue la virtud que le permitió lograr la mayor revolución del pensamiento humano.
Así, con paciencia, Peña Nieto y Videgaray, tendrán que insistir, cuando hablen con todos esos periodistas que calumnian e insultan a López Obrador, en que cambien de actitud. Porque los ataques a un líder necio sin duda, pero con autoridad moral, no ayudan al gobierno, lo perjudican.
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