lunes, 27 de julio de 2009

Astillero

La división de los panes

Norberto vuelve al PRI

Cué, el PAN y AMLO

Julio Hernández López
Dado que las conveniencias políticas van cambiando a toda velocidad, el mismísimo arzobispo primado de México, Beto Rivera, ha hecho puntiagudas críticas a la manera como Felipe el Breve gobernó, sobre todo en materia social. Súbitamente preocupado por el pueblo pobre, desmarcándose sin explicación de lo que en él ha sido una firme opción preferencial por los ricos, el cardenal duranguense, aprovechando la historia bíblica de la multiplicación de los panes, se ha dicho apesadumbrado por tanta miseria y hambre no atendida, ni por las instancias oficiales o institucionales ni por la propia solidaridad de prójimo.

La milagrosa conversión del rey de los festines bien servidos y mejor rociados embona en tiempo y forma con la intención priísta de quitarle todo lo relacionado con políticas sociales a lo que queda del llamado gobierno federal. La maquinaria tricolor 2012 sabe que el manejo de los fondos de desarrollo social es una pieza clave para redondear las estrategias electorales de mapeo de la pobreza para ubicar a muy seguros vendedores de voto y de control y chantaje a los ciudadanos desamparados para que se sujeten a la ya muy desarrollada normatividad interna de adulteración de comicios. Beto Rivera ha vuelto, pues, expresamente, al redil del priísmo, luego de la necesaria pausa de tanteo con el calderonismo ahora declarado eclesiásticamente fallido.

Los panistas y los perredistas, mientras tanto, continúan en el proceso de la división y no de la multiplicación. Cesarín Nava insiste en que él es el bueno para sustituir a germancito.com, haciendo como que no se da cuenta de que en Los Pinos están jugando con su postulación para concentrar en él los enojos panistas y luego sacar al verdadero candidato de unidad, el apolillado Ernesto Ruffo, cuyos defectos ya no serían tan graves a la luz de que estaría reemplazando al defectuoso original (¡oh, qué jugada política tan inteligente y bien planteada: todo será mejor si se quita al que intencionalmente se había colocado para que pareciera el peor!). El perredismo anda en las mismas, manoseando el concepto del “nuevo” PRD (¿va a ser tan nuevo como nueva es la izquierda chucha?), jugando a las reconciliaciones envenenadas y sosteniendo en el centro del interés tanto el futuro electorero como las prerrogativas y recursos de allí derivables.

López Obrador, mientras tanto, se va a hacer campaña en favor de Gabino Cué a Oaxaca, según eso durante largos cuatro meses en los que visitará todos los municipios de aquella entidad que se rigen por usos y costumbres, con lo que el tabasqueño habrá cumplido el milagro de la multiplicación itinerante de los peces electorales por todos los municipios del país. Durante el plantón de Reforma, AMLO se despegó de esa movilización fundamental para ir a Chiapas a hacer campaña por Juan Sabines, quien ha resultado uno más de la amplia cartera de pésimos gobernadores del país; es decir, de nada sirvió el empeño electoral lopezobradorista concentrado en la obsesión de “ganar” posiciones electorales. Ahora, Cué será beneficiado por los esfuerzos amloístas, sin que se sepa de compromisos ideológicos y políticos reales y con el antecedente de la relación firme entre Cué y Diódoro Carrasco, quien como priísta fue gobernador de Oaxaca y luego pasó al panismo como legislador y presunto estratega. La multiplicación, en la “izquierda”, de los PANes.

El cardenal Norberto Rivera, en la misa dominical de CatedralFoto María Luisa Severiano
Astillas

Vaya manera de poner a pelear a todos contra todos y sembrar cizaña por doquier. El manojo de ineficacias e intereses oscuros que se hace llamar gobierno federal tiene en el ring inmobiliario a los estados de Hidalgo y Guanajuato para ver a cuál le acabará entregando el proyecto de la refinería que, en un descuido, ni siquiera contará, a la hora de la verdad financiera, con los recursos suficientes. Los enredos del calderonismo han puesto frente a frente al gobierno priísta de Hidalgo con el panista de Guanajuato, siempre bajo la extendida sospecha de que todo el accidentado circo de la asignación de ese proyecto ha tenido como razón de fondo la pretensión del felipismo de beneficiar al estado que tanta votación le infló en 2006 y que es cuna política de destacados personajes del foxismo, comenzando por el propio Chente que no halla la manera de que lo contenten, ya sea entregándole la presidencia del PAN al cártel de Ruffo o añadiendo la citada refinería al menú del Centro Fox... ¡Aleluya! ¡El LiC Alderón ya tuvo oportunidad de colgarse telefónicamente de algo triunfal, con el 5-0 futbolero! ¡Ahora sí podrá anunciarse el inicio del fin de la recesión (cuando menos, y sólo por lo pronto, para las televisoras y sus contratos de publicidad, en riesgo de caer si no pasa la selección sudamexicana al Mundial)! Y, en caso de consolidarse la evidente necesidad extrema de esas muletillas, el antedicho licenciado Lic (sin hache en lugar de la ele) podría incorporar el resultado de ayer, y la obtención de la dorada copa adjunta (¡y dale con lo de los vasos con pie para beber!) a su próximo informe de desgobierno que así quedaría lindamente balompédico (o, sea, referido al futbol, no a la ingesta de bebida en copas con forma de pelota)... Los Pinos ha puesto al manejable conservador Mariano Azuela como candidato oficial a la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pensando en que, por haber sido presidente de la Suprema Corta, el mencionado Azuela cerrará el paso al aspirante no deseado por el felipismo, que ha sido Genaro Góngora. Pero otra faceta de ese pleito se refiere al destino del propio José Luis Soberanes, quien pretende hacerse de una silla en la referida Suprema Corta. En ese contexto de estira y afloja, de compraventa de favores, de caprichos y despechos, puede entenderse la postura de la CNDH que luego tan “crítica” se vuelve del mismo gobierno federal, en este caso, en lo referente a las actuaciones de militares que son violatorias de derechos humanos. Dando y dando, soberanamente callando... ¡Hasta mañana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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