Por Victor Hdez
29 de Julio, 2009 - 00:00
Dice una nota de Notimex que Felipe Calderón anunció la expedición de una cédula de identidad ciudadana para identificación biométrica. Según él, esta cédula "permitirá a cada mexicano tener una garantía de la unicidad y de la distinción plena que cada persona tiene respecto a los demás".
Ajá...
¿Pues qué no eso ya lo daba la credencial de elector? ¿O el pasaporte? ¿O el acta de nacimiento? ¿O la CURP?
¿Para qué quiere gastar Calderón el dinero en una cédula de identidad ciudadana si ya existen otros documentos que funcionan para lo mismo?
La respuesta tal vez está en el hecho de que el que ha estado buscando tener los datos de todos los mexicanos por lo menos desde hace dos años, es el director del Registro Nacional de Población, Carlos Raúl Anaya Moreno, identificado por el director de Excelsior, Pascal Beltrán del Río como "personaje formado en la extrema derecha del PAN".
Anaya, dice Beltrán, ha buscado que el IFE le de todos los datos de los mexicanos al gobierno federal. Pero el IFE le ha negado la información porque la última vez que lo hicieron, un empleado del gobierno federal le vendió la base de datos del IFE a la empresa americana ChoicePoint, violando la privacidad de todos los mexicanos registrados para votar. Eso ocurrió en 2003. Pero resulta que la ley no faculta al gobierno federal para tener datos de los mexicanos más que el nombre, fecha y lugar de nacimiento.
De acuerdo con la columna de Pascal Beltrán publicada el 29 de marzo pasado, es el mismo Anaya quien anunció a la prensa, dos días antes, que buscaba establecer la Cédula de Identidad Ciudadana. Casi un año antes, en mayo de 2008, Anaya declaró que la existencia de la Cédula de Identidad Ciudadana podría causar que la gente "dejara de sacar" la credencial de elector.
Es decir, que menos gente tuviera la manera de votar.
Pero hay otro detalle: El Plan Mérida establece el uso de equipo biométrico en México. ¿Con qué justificación podría el estado mexicano obtener datos biométricos de los mexicanos? Pues con la de obtener la mentada Cédula de Identificación Ciudadana.
Por cierto: en Estados Unidos los republicanos han propuesto varias veces la creación de una cartilla de identidad nacional con el propósito específico de separar a los ciudadanos americanos de los emigrantes ilegales. Esta idea ha sido absolutamente rechazada por la mayoría de los americanos al considerarla fascistoide y una vulgar promoción de la discriminación en base a país de origen.
Vaya; ni en los peores momentos de la paranoia por el terrorismo en la administración de George W Bush se permitió esa identificación.
Los que piensen mal van a decir que lo que busca el PAN es darle dinero a los que hagan las cédulas o a los que lleven el registro de esas cédulas (¿Hildebrando? ¿Una trasnacional que le de los datos al gobierno de Estados Unidos?). Los que piensen peor van a sospechar que lo que busca es lo mismo que buscaban los nazis: clasificar a la gente para usos fascistas.
PD: Calderón ya intentó hacer una tarjeta para registro del Seguro Popular y fue un fracaso. La mentada tarjeta no sólo no se usa, sino que se gastaron millones de pesos en hacerla.
PD2: Fernando Gómez Mont intentó justificar la Cédula de Identificación Ciudadana alegando que no sería falsificable. ¿Está diciendo Gómez Mont que la credencial del IFE sí lo es? ¿Y por qué no en vez de gastar dinero en una Cédula de Identificación Ciudadana mejor el señor Gómez Mont se pone a hacel el trabajo por el que le pagan y atrapa a los falsificadores? ¡Nomás eso nos faltaba! Que además de inepto y lambiscón de Calderón, Gómez Mont además no quiera hacer su trabajo
No hay comentarios:
Publicar un comentario