viernes, 27 de mayo de 2011

Carstens NO, dice FMI (por orden de Sarkozy), García Luna, tampoco JANE DE LA SELVA

Creo que sólo pasando por encima del cadáver de Sarkozy un mexicano será el director del FMI. Francia impulsa a su flamante ministra de economía Christine Lagarde como candidata, luego de la escandalosa renuncia de Strauss-Kahn por la acusación en su contra de ataque sexual.



Cualquier otra opción menos un mexicano (pide Sarkozy). Después del encarcelamiento de la señora Cassez, en cuyo caso penal, independientemente de su culpabilidad o inocencia, Genaro García Luna (“el más exitoso secretario de seguridad pública federal que ha existido en México” según Milenio) tuvo que aceptar públicamente ante las declaraciones recopiladas, que el flamante operativo de la aprehensión de la francesa y presunto novio secuestrador, tan alardeado por los medios oficiales, había sido un vil montaje.



Momento histórico suficiente para que el titular de la seguridad pública nacional, hubiese sido reemplazado.



Indignante, que luego de este “escenario” que eliminó cualquier vestigio de confianza ciudadana a su favor, Calderón no lo haya cesado. Lo que suscitó más sospechas de contubernio y pactos de impunidad entre sus filas de dominio.



Pero los colombianos no lo piensan así, consideran valiosos sus aportes. Y según Gómez Leyva, el abogado de Javier Sicilia, tampoco lo considera ya así luego de la captura de los supuestos asesinos de Juan Francisco. Se ha retractado al haberse Involucrado, por parte de Sicilia, en la investigación, siguiendo de cerca los procesos para llegar a los asesinos y se siente muy satisfecho con los resultados obtenidos por la PGR.



(Ensalzamos el cumplimento del deber como acto heroico y nos plasmamos como sociedad donde la negligencia es norma).



Los casos civiles que afectan la reputación de la PGR, han sido solucionados. Martí, Vargas, Miranda de Wallace, ahora Sicilia. Se atienden los crímenes mediáticos. Aquellos con foro VIP donde se mediatiza la sensibilidad social. Cuando el culpable no proviene del ámbito gubernamental. Pero ya estará en ellos, en los compatriotas que han subido al foro por causa del propio profundo dolor, el percatarse de la insignificancia porcentual que les es atribuida dentro del espectro de los victimados por los atroces criminales del sexenio. Sus hijos ya no son “daños colaterales” ni cifras, y ustedes han obtenido algún descanso. Miles de padres más, nunca lo conseguirán.



Volviendo a Agustín Carstens, parece tiene otros obstáculos enfrente, además del presidente francés, que le impiden llegar a ser administrador del fondo monetario internacional. Las recetas ortodoxas a las que este personaje está acostumbrado son inflexibles. No es capaz de innovar, de actuar conforme lo dicte el pragmatismo de la situación particular. No sabría negociar con propiedad e imparcialidad, considerando los intereses mundiales.



Aseguran algunos neoliberales, además, que el trabajo de Carstens en Banxico es irremplazable. Que en México hace falta su “sapiencia”, que se necesita su asesoría aquí más que allá.



Pero si su brillantísima capacidad así fuera, cómo es que el hombre erudito predijo un catarrito cuando siendo titular de la SHCP lo que se nos vino encima fue una bronquitis que se volvió crónica con las altas temperaturas de la recesión económica y la imprudente desorganización calderonista, que detuvo el crecimiento, ahuyentó capitales y agravó el desempleo, declarando una batalla campal dentro del territorio.



Por qué ha consensuado el inteligente contador con esta guerra fallida, que tanto ha afectado el potencial para atraer inversión extranjera y generación de bonanza en el sector turístico, el más sensible a la inestabilidad social, al exabrupto de la violencia callejera, por lo que hoy se encuentra en franca depresión. A pesar de las inconcebibles declaraciones de Calderón en sentido contrario, pero mejor pregunten a los empresarios turísticos. Ahí está la verdad.



El turismo, la captación de divisas frescas, el gran fomentador del empleo. Un rubro económico que no ha sido medianamente explotado ni atendido por las administraciones federales habidas. A pesar del gran interés internacional por el incomparable clima templado así como por la riqueza cultural y hospitalaria que ofrecemos, sino que más bien ha servido como botín de las regencias y compromisos cupulares.



No señores, la “eminente tecnocracia” de Agustín Carstens, no da el ancho para el FMI. Así como García Luna no lo ha dado como jefe de la policía federal. Porque ambos pertenecen a la administración pública 2006-2012, caída en desgracia tanto ante su propio pueblo, como ante la Europa de Sarkozy.

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