Dice Peña Nieto que lo que digan los cables de Wikileaks, difundidos por La Jornada, respecto a la impresión que guarda de él el Departamento de Estado del vecino país del norte, lo tienen sin cuidado. No le importa tampoco que lo señalen como ahijado de Carlos Salinas de Gortari y cortado con la misma tijera que la vieja guardia priísta, porque, aclara, lo que digan es sólo un refrito de los comentarios en su contra de parte de los partidos opositores.
Nada explicó sobre el señalamiento del cable respecto a que el Estado de México, con sus ciudades sobrepobladas y áreas rurales empobrecidas, es tierra fértil para todo tipo de criminalidad, en particular la relacionada con el narcotráfico.
Según estadísticas de la propia misión diplomática, dice el cable, los homicidios vinculados al narco registran una constante tendencia al alza. En 2006 fueron 31; en 2007, 11. En 2008 se dispararon a 360, y hasta septiembre de 2009, fecha del cable, eran 231 asesinatos. Ese año la entidad mexiquense ocupó el sexto lugar en la lista de estados con altos niveles de violencia relacionados con el comercio de drogas.
Peña Nieto tampoco dijo nada sobre la mención del cable respecto al rezago del Estado de México en competitividad, que en las estadísticas de eficiencia en los negocios de 2009 lo colocó en el lugar 28 (de las 31 entidades de México) ni que el estado que dice gobernar aún no aprueba la legislación necesaria para reformar su sistema judicial, dejándolo muy atrás de otros gobernadores, y que sólo 2 por ciento de sus agentes de seguridad han sido sometidos a un proceso de investigación.
Aquí el único refrito es él. Promesas y compromisos que no se cumplen porque la situación de los mexiquenses no sólo no ha mejorado sino que cada vez está peor.
Peña Nieto declaró que no comparte el contenido de los cables, como si estuvieran a su consideración. Pues no, señor, lo que Wikileakes difunde es una realidad, no se trata de propaganda televisiva pagada con dinero del erario sino datos irrefutables.
Y para rematar su desacuerdo, Peña Nieto, desde un evento en la empresa Walmart, señaló que a través de su trabajo al frente del gobierno del Estado de México es como pretende acreditar lo que es, sin importar lo que digan unos y otros.
Muy bien. Qué bueno que lo aclara. Precisamente los mexiquenses y el resto de los mexicanos lo hemos juzgado ya por su pobre desempeñó, sus derroches y excesos, su protección a los actos de corrupción y represión de su gobierno y sobre todo por la manera en la que ha manejado la justicia.
Aunque los medios de comunicación al servicio de su padrino lo quieren presentar como un político renovado, la percepción de la mayoría es que es un refrito del viejo PRI.
Por eso, y para empezar, vamos con Encinas, para acabar con las mentiras y la corrupción, y de ahí al 2012 con Andrés Manuel López Obrador.
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