Ante la noticia de que un grupo de intelectuales y políticos de diversos partidos se pronunciaron por la figura de un GOBIERNO DE COALICIÓN para 2012, en caso de que ningún “organismo” disponga de mayoría en la Presidencia de la República y en el Congreso de la Unión, resulta imprescindible analizar cuáles son las intenciones de quienes respaldan esta medida, y quienes conforman ese grupo.
Entre los intelectuales están: Carlos Fuentes y Jorge Volpi, entre los analistas: Sergio Aguayo, Jorge Alcocer, Agustín Basave, Ricardo Becerra, María Amparo Casar, Rolando Cordera, Lorenzo Córdova, José Antonio Crespo, Denise Dresser, Federico Reyes Heroles y José Woldenberg. Entre los investigadores figuran: Daniel Barceló y Miguel Carbonell, Juan Ramón de la Fuente y el periodista Miguel Ángel Granados Chapa.
Por el PAN: José González Morfín, Javier Corral, Francisco Paoli, Santiago Creel, Diódoro Carrasco y Ernesto Ruffo Appel.
Por el PRI: Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida y Pedro Joaquín Coldwell. La lista incluye también a Manuel Camacho, además de los perredistas Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc Cárdenas, Lázaro Cárdenas, Carlos Navarrete, Arturo Núñez y Armando Ríos Piter. Por último se incluyen también las firmas de Arturo González Cosío, Fernando Lerdo de Tejada, Sergio López Ayllón, Luis Martínez, Patricia Mercado, Mauricio Merino, Jorge Montaño, Xóchitl Gálvez, Pedro Salazar y Diego Valadés.
Todos ellos coinciden en que para enfrentar los graves problemas del país se requiere de un ACUERDO PROGRAMÁTICO EXPLÍCITO, RESPONSABLE Y CONTROLABLE, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriban.
En pocas palabras, que México necesita un Proyecto de Nación distinto al que hasta hoy se ha seguido, con los terribles resultados que tenemos a la vista.
La coalición y el acuerdo propuestos no deben ser sólo entre un grupo de gobernantes, dirigentes, intelectuales y hombres de reconocido prestigio, sino que el gran acuerdo debe ser con el pueblo, que es el que decide y manda.
Llama la atención la NO adhesión de muchos otros intelectuales, historiadores y analistas políticos. Por ejemplo, el maestro Lorenzo Meyer de quien transcribo un pequeño párrafo de su columna del 6 de octubre, días después de la constitución del Movimiento Regeneración Nacional en Asociación Civil:
“De acuerdo con lo informado por Andrés Manuel López Obrador, MORENA cuenta ya con 2 mil 217 comités municipales, 37 mil 453 comités seccionales, 179 mil dirigentes y 4 millones 121 mil miembros. No hay antecedentes de un movimiento social de esta magnitud en México. Aunque no es un partido político, la tarea inmediata de MORENA es incidir en el proceso electoral del año entrante, donde un PRI que sigue siendo básicamente el mismo de siempre pretende recuperar la Presidencia. En este ambiente de polarización y de crisis del desarrollo político y económico mexicano, MORENA va a crecer. Sin embargo, el instrumento principal de este movimiento, como el de cualquier otro de su especie, no son los votos sino las DEMOSTRACIONES DE UNIDAD en calles y plazas. Desde la oposición, nadie ha llenado esas calles y plazas como el lopezobradorismo. Sin embargo, es precisamente ese éxito como movimiento social el que ATEMORIZA no sólo al grupo en el poder y a la oligarquía, sino a una buena parte de las clases medias o de quienes, sin serlo, se creen clase media y que, en materia de votos, son decisivos.
El reto inmediato es mantener en alto el espíritu de MORENA, insistir en la movilización pero con un discurso que no dé pie a que el gobierno, el PRI, los empresarios y las televisoras reediten la campaña del miedo de 2006. Pasado el 2012, el desafío a largo plazo es sostener la movilización en tanto no se cumpla el objetivo de fondo: DESOLIGARQUIZAR la estructura de poder de un México caracterizado por su injusticia y corrupción”.
Desde mi punto de vista, el gran acuerdo que necesita este país es con la gente y no sólo con determinados grupos integrados por gente honorable pero también por personajes que le han hecho mucho daño a la nación por sus prácticas corruptas y la impunidad que los mantiene a salvo.
Un hecho sin precedente en el país, como lo menciona el maestro Meyer, es la existencia de un movimiento social de la magnitud de MORENA, al que yo agregaría la palabra PACÍFICO.
Si logramos sortear la imposición de un nuevo “Presidente” al servicio de las minorías, estoy segura de que el ACUERDO que necesitamos, la gran COALICIÓN para salir adelante será la puesta en marcha del Proyecto Alternativo de Nación que impulsa MORENA.
Hay que leerlo y darlo a conocer.
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