jueves, 12 de abril de 2012

Guerra de mentiras-- POLIMNIA ROMANA

Mientras PRI y PAN se descalifican mutuamente intercambiando verdades que aducen como mentiras, Andrés Manuel López Obrador continúa exponiendo sus propuestas para resolver los graves problemas que enfrenta el país.

Ayer presentó su decálogo de compromisos en materia de Seguridad e insistió en que su gobierno, en caso de triunfar el 1º de julio, no hará distingos en la aplicación de la ley y pondrá énfasis en acabar con la impunidad.

Dijo también que su compromiso en este tema es serenar al país y resolver la crisis de inseguridad y de violencia que se padece en todo el territorio nacional, pero bajo una nueva estrategia, no con medidas coercitivas sino bajo el principio de que la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia.

La estrategia que pondrá en práctica Andrés Manuel, a diferencia de los candidatos del PRI y del PAN que insisten en continuar la guerra iniciada por Calderón y mantener al Ejército en las calles, será modificada pues está demostrado que no basta con la militarización, con más cárceles o leyes más severas porque la violencia no se resuelve con más violencia sino mejorando las condiciones de vida y de trabajo de la población, en especial atendiendo a los jóvenes que no tienen actualmente oportunidades de estudio y de trabajo.

La gente está cansada de la guerra entre políticos. PRI y PAN deberían saberlo y dejar de exhibir sus miserias. No importa cuánto se descalifiquen públicamente, al final, lo sabemos por experiencia, se ponen de acuerdo. Así ocurrirá cuando se acerque la elección y aumente la posibilidad del triunfo de las fuerzas progresistas, porque una cosa son las encuestas, los medios a favor de la derecha, el apoyo de los privilegiados del sistema, y otra muy distinta es la voluntad de un pueblo que ha ido despertando y tomando conciencia de las causas y los causantes del desastre en el que se encuentra el país.

No es difícil calcular que el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador se ha incrementado notablemente, en primer lugar por el enorme trabajo de conscientización que ha realizado López Obrador a lo largo y ancho del territorio, y en segundo lugar por los pésimos resultados de la actual administración que sumados a los que nos dejaron los gobiernos priístas muestran un panorama trágico si no se lleva a cabo un cambio verdadero en la vida pública del país.

La corrupción sin castigo, la ineptitud y la falta de compromiso de los gobiernos prianistas nos han llevado a ocupar los primeros lugares en pobreza y falta de crecimiento económico. La deuda se ha multiplicado y poco podemos esperar si regresa el PRI a Los Pinos. Hay mucha gente que no lo desea y que está dispuesta a participar en la vigilancia de las casillas.

Vamos a ver qué sucede el día de la elección. Ante una votación abrumadora será difícil una nueva imposición. No es cuestión de suerte, necesitamos reaccionar antes de que sea demasiado tarde. El regreso del PRI implica por lo menos otros 20 años de neoliberalismo y la entrega de nuestro petróleo a la iniciativa privada, ese es el verdadero meollo de la lucha por el poder.

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