jueves, 12 de abril de 2012

La izquierda debe comenzar a olvidarse de Josefina, y enfocarse en Peña Nieto-- H. E. CAVAZOS ARÓZQUETA

Muchos izquierdistas se molestaron con quienes centraron su crítica principalmente en la candidata del PAN a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota. Llamaron a los críticos de la panista, en términos menos prosaicos, priistas, vendidos, alcahuetes de Peña Nieto, y demás.

Indubitablemente la diputada con licencia merecía ser señalada por la enorme cantidad de pifias que cometieron recientemente ella y su equipo de campaña. Fueron simplemente demasiados errores en muy poco tiempo.

Por otro lado, otra de las razones por las cuales un sector de la izquierda centró sus comentarios en los tropiezos de la aspirante presidencial blanquiazul, fue porque se entendió que se necesitaba una estrategia para polarizar la elección, fenómeno sine qua non para evitar el inminente retorno del PRI a Los Pinos.

Lo que no entendían quienes se pronunciaban a favor de un ataque frontal y reiterado contra el priista Peña Nieto desde antes del inicio de las campañas, es que, a causa de que los electores en potencia priistas tenían como segunda opción a Vázquez Mota y no a AMLO, los votos que le restasen las embestidas contra el PRI hubiesen ido a dar a la candidata albiazul, y no al izquierdista.

Me explico, Josefina se nutría electoralmente de los sufragios potenciales que perdía el ex mandatario de Edomex durante la crisis por la que atravesó este último en diciembre. Ahí están los números. Esto se dio cuando Andrés Manuel seguía con negativos. En ese entonces, al candidato de la coalición Movimiento progresista no le resultaron redituables los gazapos del mexiquense. Ahora los de la panista, sí.

Es por ello que hasta estas últimas semanas, que aún no se definía quién habría de acabar hundiéndose inexorablemente en un profundo, definitivo e irreparable tercer lugar, algunos izquierdistas se ocuparon en despojar de dudas la situación electoral entre Vázquez Mota y López Obrador. Tenían que acabar con la panista. Y entre éstos, ésta, y algunos otros, lo lograron.

Por esto último, considero necesario que la izquierda comience a olvidarse de Josefina. Ella ya está fuera de la contienda. Empeñarse en seguir atacándola sería una enorme pérdida de tiempo. Las campañas se han definido: serán entre dos, entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto. No hay más. Si los izquierdistas quieren criticar, que empiecen a enfocarse en quien postula el Revolucionario Institucional. Cola que pisarle, hay de sobra.

A crear conciencia.

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