Tomando en cuenta que la base de la alimentación de millones de mexicanos es el maíz, resulta INAUDITO que México ocupe el primer lugar como importador de maíz en el mundo y que haya incrementado la dependencia alimentaria con Estados Unidos, al pasar de 396 mil toneladas importadas en 1992 a 9.8 millones de toneladas para el ciclo 2011-2012 (información de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM).
Estadísticas del Banco de México refieren que sólo en enero de este año por concepto de importación de maíz se pagaron 323.94 millones de dólares (La Jornada, 23 / 3 / 12).
Elena Álvarez Buylla, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el país podría no sólo ser autosuficiente sino incluso tener excedentes en la producción del grano haciendo uso de la diversidad de maíces nativos e híbridos NO TRANSGÉNICOS que han sido generados en instituciones públicas como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).
La especialista en genética molecular aseguró que la capacidad existe, pero LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES instauradas por el gobierno han abandonado al campo mexicano y que los tratados de libre comercio han generado condiciones de competencia totalmente desleales, importando maíz de baja calidad (amarillo) en vez de fomentar la producción de maíz nativo mexicano, el cual es de altísima calidad.
Durante la celebración del 93 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, dirigentes de la Central Campesina Independiente y la propia CNPAMM apuntaron que las importaciones de maíz aumentaron en 2 MIL 500 POR CIENTO desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte a la fecha.
Si hacemos un poco de memoria podemos identificar con nombres y apellidos a los responsables del abandono que ha sufrido el campo mexicano, con las terribles consecuencias que ha traído semejante barbaridad para los campesinos mexicanos que se han visto obligados a abandonar sus tierras y arriesgar su vida cruzando la frontera para ir a ofrecer su trabajo a los vecinos del norte, de quienes dependemos ahora para comer tortillas.
Las organizaciones civiles que se oponen a la proliferación del maíz transgénico y al abandono del campo por parte del Estado, con justa razón crearon la consigna de que SIN MÁIZ NO HAY PAÍS.
¿Cómo es posible que el país del maíz tenga que importarlo en vez de producirlo a un costo más bajo?
Si no hacemos un ejercicio de reflexión para valorar la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de apoyar al campo y a los pequeños y medianos productores nos vamos a quedar sin país, porque SIN MAÍZ NO HAY PAÍS.
Atrás de Peña Nieto está Salinas, eso lo sabemos todos. El regreso del PRI significa volver a ponernos en sus manos depredadoras.
Los campesinos, los maestros, los obreros, los mineros, las mujeres, los ancianos, los artistas, los profesionistas, los jóvenes y los niños de México merecemos un futuro mejor.
Apostémosle al cambio verdadero, que traerá como consecuencia la transformación del país.
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