AMLO ofrece mano franca a los chiapanecos, la conciliación y unión con su movimiento zapatista “…ambos hemos luchado por la justicia”.
Menciona en su discurso la gran falta de respeto a la población en San Juan Chamula, la nula austeridad y sentido común que mostró el candidato Peña Nieto al llegar a una plaza tan pobre en costoso helicóptero y parafernalia de protección. La típica y conocida imagen del PRI: el derroche frente a la gente cuando ésta no tiene ni para comer.
Recordé el relato de Deyanira allá en la sierra occidental quien azorada junto con los demás de su pueblo había presenciado el helicóptero bajar en la plaza batiendo sus hélices levantando el polvo que traía al entonces candidato del PRI a la gubernatura de Michoacán Fausto Vallejo quien decidió llegar también así a la alta sierra de la zona de Apatzingán escogida para su cierre de campaña.
Pero vuelvo al tema. La coalición ciudadana que representamos millones garantiza la firma de los acuerdos de San Andrés Larráinzar.
La voz de nuestro candidato llega a los corazones de los pueblos sabios no obstante destinados al olvido. Debe llegar también al subcomandante o comandantes de la guerrilla de liberación nacional ocultos en la selva.
Este anuncio del candidato progresista es razón suficiente, así mismo, para que el escritor Javier Sicilia se sume a esta convocatoria del líder tabasqueño y a su campaña. Que recapacite la idea de votar en blanco, porque abonaría para que prevalezca la misma situación en el país que ha sufrido en carne propia. Recapitulen su voto, denlo en acto de confianza a AMLO, un demócrata que ha probado ser un líder político fuera de lo normal porque cuenta con autoridad moral.
El poeta activista y demás patriotas conscientes han pedido y exigido la firma de dichos acuerdos por demasiado tiempo.
La negación de hacerlo por parte de los gobiernos ha provocado una perenne protesta de Sicilia, por no dar importancia, por ignorar los compromisos pactados con los pueblos indígenas, por lo que el movimiento por la paz y dignidad que encabeza debe acercarse y sumarse a quien emite una garantía de ejecución de dichos acuerdos por la vía política, cuya polémica radica en su inocultable práctica de la transparencia y la ética, algo inusitado en ese mundo, en efecto fútil y denigrado, de la partidocracia.
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