Distintas organizaciones sociales e instituciones académicas especializadas en seguridad y justicia han propuesto medidas distintas a la estrategia de seguridad adoptada por la fallida administración de Calderón, sin embargo, no han sido atendidas a pesar de ser escuchadas. La cerrazón de Calderón no ha permitido poner en práctica ninguna propuesta ajena a su convicción de que los malos son los criminales y hay que combatirlos con la misma violencia con la que ellos actúan. Es decir, echándole gasolina al fuego para tratar de extinguirlo.
Esas organizaciones presentaron su propuesta al candidato de las fuerzas progresistas quien, en un acto de congruencia y comprensión, aceptó incorporar a su proyecto general las medidas sugeridas.
La buena fe de estas organizaciones no lucrativas y preocupadas por el clima de violencia que vivimos, desafortunadamente, no es suficiente para abatir ese flagelo. Para lograr serenar al país es necesario, además de la buena fe, combatir las causas y no las consecuencias como lo hace el gobierno federal.
Al escuchar el Proyecto en Seguridad que impulsa López Obrador, los dirigentes de las organizaciones sociales se mostraron satisfechos porque en mucho coincide con el diagnóstico que ellos tienen sobre el círculo vicioso que se ha generado en los últimos años a raíz de la falta de espacios en las escuelas para los jóvenes y las precarias condiciones económicas en la que sobreviven más de 15 millones de mexicanos, y la falta de capacitación y compromiso de las fuerzas de seguridad pública.
Para solucionar el problema de la inseguridad y de la violencia es indispensable echar a andar programas sociales para evitar la proliferación de las conductas antisociales y, desde luego, combatir a fondo la corrupción, que es el otro factor que permite la convivencia entre autoridades, a todos los niveles, y el crimen organizado.
¿De qué sirve capturar delincuentes si no existe espacio en los centros penitenciarios para albergarlos o se escapan ante la incapacidad o complicidad de las autoridades?
¿No es mejor invertir en educación, salud, creación de empleos, arte y cultura?
Los temas fuertes que propone Andrés Manuel son: una política social y el combate a la corrupción, ¿quién puede no estar de acuerdo con él?
En el cómo hacerlo está la diferencia entre los distintos candidatos. Mientras unos prometen devolverle la paz y la tranquilidad al país reforzando las mismas medidas coercitivas que aplica Calderón, López Obrador brinda un diagnóstico y un programa de acción totalmente distinto, viable y humano.
Es una pena que los medios de comunicación en vez de difundir las propuestas de López Obrador dediquen todos sus espacios para atacarlo y engrandecer a personajes que le han hecho tanto daño a México pero que apoyan el regreso del autoritarismo y la cerrazón.
Tenemos una cita con la historia y nadie, absolutamente nadie podrá decir que no tuvo la oportunidad de contribuir a un mejor futuro para todos.
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