miércoles, 12 de diciembre de 2012


DESFILADERITO

2E/2C/12: la Edad Media llega a Twitter


Una súbita despresurización de la cabina, que habría provocado el estallido del parabrisas, bien podría ser la causa del desplome del Lear Jet-25 en que viajaba Jenny Rivera con sus músicos, de acuerdo con un especialista en aeronáutica. “Ese ha sido históricamente el defecto de fábrica más común de los Lear Jet modelo 25, que fueron construidos hace más de 40 años”, dijo el experto y recordó que de la generación siguiente, el Lear Jet-28 sólo existen cuatro aviones (había un quinto, pero se cayó) y uno de ellos pertenece al gobierno de Tabasco.

    Indignado por la incompetencia de las autoridades que investigan el accidente en Nuevo León, el estudioso rechazó la hipótesis de que la nave alquilada por la hermana de Lupillo Rivera “aparentemente” no tenía caja negra y que por eso no la encuentran. “¿Y por qué no le preguntan a la empresa propietaria del avión? Ahí deben estar todas las reparaciones, adaptaciones y refacciones que le fueron haciendo y poniendo al aparato.”

    ¿Otro narcoatentado? “No hay ningún indicio”, dijo la fuente. “Pero el gobierno está ocultando algo, su falta de rigor en el control de los estándares de seguridad de las aeronaves o algo que sencillamente se llama corrupción”, concluyó.

    ¿Por qué México es hoy por hoy el país donde la más alta tecnología no funciona? En el escándalo que no amaina por la detención arbitraria de 69 personas en el DF el primero de diciembre, a las múltiples voces ciudadanas que piden al gobierno capitalino consultar las grabaciones de las cámaras de seguridad del Centro Histórico para comprobar la inocencia de los ahora llamados “presos políticos”, se les responde que esas cámaras “no tienen disco para almacenar las imágenes que transmiten: sólo las captan y las envían”.

    Gracias a la proliferación de fotos, videos y películas que lograron obtener en el lugar de los hechos numerosos testigos presenciales, y gracias a la confesión de un granadero, quien reconoció ante el periodista Julio Hernández López que “Marcelo Ebrard dio la orden de detener ´fuera como fuera´”, se confirma la primicia que otro periodista, Miguel Angel Velázquez, dio el 4 de diciembre: “Cuando empezaron los disturbios, Ebrard llegó al centro de comando de la Secretaría de Seguridad Pública y dirigió personalmente los operativos”.

    Si reconstruimos los hechos, veremos que la orden de detener “fuera como fuera” (lanzada por un alcalde dizque “de izquierda” al concluir el trágico sexenio del “haiga sido como haiga sido”) la impartió Ebrard cuando los manifestantes comenzaron a hacer pintas en la recién remodelada Alameda Central. Esto nos dice muchas cosas.
    Una, que Ebrard se tomó como afrenta personal los grafiteos de la Alameda; dos, que reaccionó emotiva y no profesionalmente y, tres, que poseído por la histeria, quiso golpear con sus propios puños a los inconformes, pero como esto no le era posible, mandó a los granaderos a detenerlos con lujo de brutalidad.

    En el trance de ese ataque de nervios, Ebrard solicitó y obtuvo apoyo de Manuel Mondragón y Kalb, quien estando ya fuera del GDF y recién incorporado al gabinete de Peña Nieto, usó sus antiguas claves para dirigir, ya sin atribuciones legales, a la policía de la ciudad de México, y todo para respaldar sentimentalmente a su ex jefe.

    “Habrá más detenciones y se actuará contra los violentos”, dijo el nuevo titular del GDF hace dos días. Muy bien: esos “violentos” se apellidan Ebrard y Mondragón, pero no son los únicos. Antes de ellos, hubo quienes desde el gobierno federal, y en este caso desde la Secretaría de Gobernación, de Miguel Angel Osorio Chong, diseñaron las provocaciones y las llevaron a cabo usando un guante negro, una camiseta blanca y unos pantalones cafés.

    Esos son los que deben ser responder de sus actos: Osorio Chong, los verdaderos porros (que el PRI usó para golpear opositores a Peña Nieto a lo largo de toda la campaña), Mondragón y Kalb, que intervino ilegalmente, y Marcelo Ebrard, que una vez más dio rienda suelta a su vocación autoritaria, a sus fijaciones anales y a sus pulsiones represivas.

    Cuando estas líneas aparezcan en Fuentes Fidedignas, el papa Benedicto XVI, en punto de las cuatro de la mañana, hora de Sinaloa, cinco de la mañana en el DF y 12 del día en Roma, debutará como tuitero. Esta fecha, 12/12/12, pasará a la historia como la del día que la Edad Media se incorporó a las tecnologías posmodernas. 
    @Desfiladero132

    
Jaime Avilés

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