viernes, 7 de diciembre de 2012


Jefe de Gobierno cuestionado

POLIMNIA ROMANA@polimniaromanavie 7 de diciembre de 2012
Durante su toma de protesta, el nuevo jefe de gobierno del Distrito Federal ofreció trabajar para que la Ciudad de México sea cada vez más segura, más libre, más igualitaria, más progresista y con mejor capacidad de respuesta a los problemas. Semejante promesa no podrá cumplirse a largo plazo si no se resuelve de inmediato la situación de los detenidos injustamente por los hechos ocurridos el 1 de diciembre en la capital del país.
Mancera llegó al poder con una aceptación verdadera de los capitalinos y no puede defraudarlos en este momento crucial.
Miles de voces se han pronunciado por la liberación de los presos políticos, que en su mayoría son estudiantes o personas ligadas a movimientos PACÍFICOS que no incurrieron en actos de violencia.

¿Para qué demonios tantas cámaras en la  ciudad si las imágenes captadas por ellas no sirven para deslindar de responsabilidades a las personas que no participaron en los actos de vandalismo que se suscitaron en San Lázaro y en el Centro Histórico?

Las horas y los días pasan sin que el nuevo gobierno del D.F. dé respuesta inmediata a los actos de injusticia que se están cometiendo contra los ciudadanos que ejercieron su derecho a manifestarse de manera pacífica, y que hoy están viviendo un tormento.
El doctor Mancera tiene las herramientas para agilizar la investigación y mostrar que en el D.F. sí se imparte justicia y por ello se ha mantenido al margen de otras entidades que viven y sufren la violencia ejercida desde el poder.
La cercanía de elementos de seguridad a la Universidad Nacional Autónoma de México puede provocar situaciones lamentables para todos.
Las promesas y compromisos que se hacen ante la ciudadanía no son para luego, hoy, 7 de diciembre,  es el momento de empezar a cumplir.
Para finalizar esta columna transcribo un párrafo de un comunicado que me llegó vía correo electrónico y que comparto totalmente, a diferencia de los comunicadores de la tele que impuso a Peña Nieto.

"La sombra de 1968 y 1971, por citar dos movimientos históricos, se cierne sobre los actuales acontecimientos. Entonces el régimen priísta montó provocaciones muy semejantes a las del pasado sábado, y al igual que los ministerios públicos y jueces de aquella época actuaron por consigna y de espaldas a la justicia.
El propio ombudsman capitalino y los abogados de buena parte de los detenidos afirmaron que los disturbios en Avenida Juárez y Reforma fueron una provocación, en la cual no participaron los ahora detenidos".

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