¿Por qué los springbrakers de Nueva York no van a México?
La combinación de crisis económica interior y una percepción acentuada de la violencia mexicana, ha frenado a muchos jóvenes neoyorquinos de viajar a México en sus vacaciones de primavera.
Reportes del periódico amNewYork establecen que este año miles de estudiantes permanecerán en casa, realizarán actividades locales, tomarán cursos que los hagan más competitivos en sus respectivos campos de interés, explorarán posibilidades de su propia ciudad. Las condiciones económicas no son tan boyantes como para sufragar gastos en mera diversión juvenil y prefieren invertirlos de manera distinta. (10-03-13 y 15-03-13).
Por otro lado, en México, aunque el gobierno federal ha establecido una política de silencio en relación al crimen, a los escasos resultados positivos en la guerra heredada por Calderón y que hasta ahora continúa en los mismos niveles de violencia en que el panista entregara el país, incluso soterradamente, las noticias y cifras al respecto continúan fluyendo. Y tienen impacto sobre todo a nivel internacional.
¿Qué mujer querría ir a Acapulco después de la violación de las turistas españolas? ¿Cuántos desearían viajar a la frontera teñida de rojo? ¿A un Cancún militarizado?
El gobierno actual ha fracasado en su intento de sellar la información. Y así, falla también en un área tan importante para la economía social del país como lo es el turismo. Así lo reconoce desde su posición de encargada del sector turístico del gobierno priista y con información de la Organización Mundial de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, cuando afirma que México ha perdido su lugar de privilegio en la escala mundial de turismo al ser desplazado de los diez primeros sitios de interés (SDPNoticias.com, 19-03-13).
Y aunque Mondragón y Kalb cree ver signos alentadores en relación a la contención de la violencia, Peña lo contradice declarando que se necesitará al menos de un año (rebasados por mucho los famosos primeros 100 días), para empezar a ver resultados de la “nueva estrategia de seguridad” (Milenio, 20-03-13).
Por lo pronto, no se ha hecho un buen trabajo, la violencia continúa y, a pesar de la intrepidez de muchos viajantes, la baja en los índices turísticos registra ese fracaso. Así lo perciben, al menos, desde Nueva York.
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