En la lucha han muerto 111 militares y 259 fueron lesionados
Jesús Aranda
La “guerra al narcotráfico” declarada por el presidente Felipe Calderón al iniciar su administración se ha extendido a más de la mitad del país, y el principal protagonista en esta lucha es el Ejército, que ha sostenido 37 enfrentamientos con grupos armados de la delincuencia organizada con un saldo de 111 soldados muertos y 259 heridos.
De acuerdo con información obtenida en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los tiroteos se han registrado en 17 de las 32 entidades del país, y el calibre de las armas utilizadas por los narcotraficantes van desde pistolas 9 milímetros hasta fusiles de asalto, granadas de fragmentación y lanzacohetes.
Según la información oficial de la Sedena, en los casi dos años y medio de la actual administración han muerto 17 civiles a manos de los soldados.
La mayor parte de estos hechos han tenido lugar de diciembre de 2006 a la fecha, en los estados de Michoacán –donde comenzaron los operativos conjuntos–, con siete escaramuzas ocurridas en los municipios de Morelia, Parácuaro, Undameo, Santiago, Huetamo, Carácuaro y Apatzingán; Chihuahua, con cinco; Guerrero, tres; Zacatecas, Durango, Veracruz, Sinaloa y Nuevo León, con dos enfrentamientos ocurridos en cada entidad
Con una sola refriega se ubican Aguascalientes, Nayarit, Guanajuato, Sonora y Tabasco, según información oficial de la dependencia hasta el 16 de julio pasado, fecha en que por primera vez ocurrieron dos tiroteos en un solo día entre militares y delincuentes, uno en Coyuca de Catalán, Guerrero, y el otro en Matamoros, Tamualipas.
De los soldados muertos, cuatro son jefes, 20 son oficiales y 87 de tropa. De los heridos, uno es general, cuatro son jefes, 30 oficiales y 234 de tropa.
Entre los enfrentamientos más cruentos registrados por el Ejército destacan el ocurrido el 2 de mayo de 2007, cuando elementos del 12 Batallón de Infantería fueron emboscados y recibidos a tiros en el poblado de Carácuaro, Michoacán. En ese lugar falleció el primer militar de más alto rango en esta “guerra”, el coronel de infantería Antioco Hernández Morales; además, el sargento segundo de Infantería Humberto Ruiz Hernández, y los cabos Armando Valentín Aguilar, Israel Téllez Villanueva y Júpiter Francisco Carrillo Cornejo. También resultaron heridos otros tres militares. En el lugar quedó muerto un agresor.
Cinco días después, en Apatzingán, Michoacán, personal del Ejército fue recibido a tiros al acudir a una denuncia ciudadana que alertaba sobre la presencia de narcotraficantes en un domicilio particular; después de 35 minutos de refriega, cuatro delincuentes fueron abatidos y tres soldados resultaron heridos.
El 6 de febrero de 2008, en Parácuaro, Michoacán, cuando los militares acudían un domicilio en donde había individuos armados, fueron agredidos y en el lugar falleció el coronel de infantería Fortino Castillo León, además de dos agresores.
En la ciudad de Chihuahua, cuando soldados acudieron a atender una denuncia ciudadana el 9 de marzo de 2008, fueron agredidos con armas de fuego y granadas de fragmentación; en el lugar resultaron muertos seis agresores, aunque también falleció el capitán de infantería David Mendoza Gómez.
Uno de los enfrentamientos más cruentos entre militares y delincuentes fue el que tuvo lugar el 10 de febrero pasado, cuando un convoy de cinco camionetas intentó evadir el retén Samalayuca en el municipio del mimso nombre en Chihuahua. Después de varios tiroteos y una persecución en la que tomaron parte cuatro helicópteros de la Fuerza Aérea, resultaron muertos 11 agresores; además, en uno de los vehículos incautados a los delincuentes estaban seis cuerpos sin vida (amordazados). En le refriega falleció el sargento Ángel Macrino Manzo Ávila.
El nivel de fuego en los enfrentamientos no ha disminuido: el pasado 7 de junio, personal del 56 Batallón de Infantería fue recibido a tiros cuando investigaba una denuncia ciudadana en el fraccionamiento Las Playas, en Acapulco. En el lugar murieron 16 agresores y se decomisó armamamento. Ahí perdieron la vida el capitán Germán Parra Salgado y el soldado Juan Loaeza Lanche; resultaron heridos nueve militares.
También hubo hechos controvertidos, como la muerte de tres civiles en el municipio de Jaumuve, Tamaulipas, cuando pretendieron evadir un retén militar. Este hecho generó denuncias, aunque la Sedena respondió a través de un comunicado que las quejas tenían el objetivo de “sembrar en la ciudadanía la duda sobre la conveniencia del Ejército en labores de seguridad pública”, ya que el 5 de octubre de 2007 los militares habían decomisado 10 toneladas de cocaína en esa entidad.
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