sábado, 4 de julio de 2009

Salvador García Soto. Serpientes y Escaleras

El día después


Pase lo que pase en las elecciones de este domingo, con base en las tendencias que marcan las últimas encuestas, una cosa es segura: a partir del lunes 6 de julio los equilibrios de fuerzas cambian en la política nacional


El fortalecimiento del PRI y el debilitamiento del PAN encarecerán los costos de la negociación y reducirán el margen de maniobra al Ejecutivo

Pase lo que pase en las elecciones de este domingo, con base en las tendencias que marcan las últimas encuestas, una cosa es segura: a partir del lunes 6 de julio los equilibrios de fuerzas cambian en la política nacional. El presidente Felipe Calderón quedará maniatado y obligado en lo que resta de su mandato a negociar con una nueva mayoría opositora en la Cámara de Diputados.

Aunque no será algo nuevo para Calderón —que negoció con la oposición desde su accidentado y cuestionado ascenso al poder—, las condiciones para la operación política del Presidente se modifican sustancialmente. El fortalecimiento del PRI y al mismo tiempo el debilitamiento de su partido, encarecerán los costos de la negociación y reducirán el margen de maniobra al Ejecutivo. No será lo mismo negociar y acordar con un PRI crecido y en la ruta de regreso al poder, que con el priísmo que en septiembre de 2006 venía de la peor derrota de su historia y buscaba, con autoestima disminuida, cobijarse con el nuevo gobierno por instinto de supervivencia.




Encima, el activismo de Calderón en las campañas y la dura estrategia de confrontación y golpeteo del líder panista Germán Martínez dejaron a un PRI lastimado e irritado que buscará revancha. Los priístas cobrarán mucho más cara cualquier negociación y antepondrán su agenda propia —la que según ellos los lleve de regreso a Los Pinos— a la del gobierno.




Las nuevas pautas, tiempos y temas de la agenda política los marcará el PRI desde el Congreso. Y tendrá como aliada a una izquierda del PRD que también termina las campañas golpeada y vilipendiada por el Presidente y su partido, tras el maltrato contra algunos de sus gobernadores por los operativos antinarco.




En el vía crucis que espera a Calderón en la segunda mitad de su gobierno, el primer revés se lo darán en la discusión del complicado presupuesto federal de 2010. Si ya la crisis y las caídas históricas en la recaudación y los ingresos tributarios le restaron al gobierno margen de maniobra, el ajuste de cuentas políticas hará que la mayoría opositora imponga sus condiciones en el gasto gubernamental.




Será el primero de varios encontronazos fuertes que se verán hacia delante entre el Presidente y el Congreso. Y será también el comienzo de una complicada etapa en la que pocas reformas e iniciativas importantes (laboral, fiscal, energética) podrán avanzar, y si lo hacen, será con los criterios, contenidos, tiempos y enfoques de la oposición.




TRAS LA TEMPESTAD, ¿LA CALMA?




Una vez que pasen las votaciones, los tres principales partidos entraran en procesos de ajustes y reacomodos internos.




En el PRI, la llegada de Beatriz Paredes a la Cámara de Diputados y su decisión de coordinar la bancada priísta llevarían a un relevo de la dirigencia nacional. Los estatutos priístas le impiden ocupar simultáneamente dos posiciones de representación, y si decide, como ha dicho ya a sus correligionarios, ir a San Lázaro, se abre un proceso de sucesión en el CEN.




Hay la posibilidad de que los grupos de poder dentro del PRI, que quieren evitar divisiones y fracturas internas, pacten alargar un interinato de Jesús Murillo hasta que termine el periodo de la actual dirigencia (marzo de 2011) para que el próximo dirigente llegue directo a organizar 2012.






VAN SOBRE GERMÁN




En el caso del PAN, pasada la tormenta electoral vendrá la tempestad interna. Los grupos disidentes del panismo, que se oponen a la dirigencia de Martínez, ya afilan las hachas y el filo declarativo para exigir cuentas a su dirigente nacional.




A la luz de lo que anticipan las encuestas, Germán no reportará los mejores números para el panismo. Un retroceso fuerte en la Cámara de Diputados y la posible pérdida de dos de las tres gubernaturas que se propuso ganar el PAN harán que se le vayan encima los Espino y demás cabezas de grupo para que explique por qué no se alcanzaron las metas y por qué las divisiones, renuncias y fracturas del panismo en varias regiones.




Pero Germán ya comenzó a vacunarse contra el movimiento interno que se viene en su contra. Con un discurso que dice “detuvimos la caída en la Cámara de Diputados y frenamos al PRI para que no lograra mayoría”, buscará justificar los retrocesos y los números negativos.




Aun así, a Germán Martínez le esperan meses complicados y una turbulencia que le puede costar el cargo, porque a partir del 6 de julio se desata en el PAN la lucha por la codiciada candidatura presidencial del partido gobernante.




PRD: ¿SE ATREVERÁN “LOS CHUCHOS”?




De los tres grandes partidos al que sin duda le espera el más complicado 6 de julio es al PRD. Una vez que se vea cómo quedaron las fuerzas internas de Los Chuchos y las tribus alineadas con López Obrador, y cuántas diputaciones se lleva cada bloque, comenzará la presión para resolver de manera definitiva y formal el divorcio que en la practica mantienen esos dos grupos.




La amenaza de Los Chuchos de expulsar a AMLO en cuanto pase la elección, luego de su traición al PRD en Iztapalapa y otros estados donde hizo proselitismo para el PT, ha ido cediendo. Jesús Ortega quiere evitar un proceso que fragmente a la izquierda y favorezca el bipartidismo; no quiere ser “el verdugo de la izquierda”.




En vez de la expulsión, una de las salidas que se exploran en el CEN perredista es una propuesta que ya habían hecho Los Chuchos a AMLO: la dirigencia bicéfala, un “partido de corrientes” similar a los que existen en otros países, donde cada corriente tiene su dirigente nacional, pero las dos se mantienen bajo el registro del PRD con órganos formales de conciliación para definir repartos de candidaturas y recursos.

NOTAS INDISCRETAS... Mientras son peras o manzanas en la guerra contra el narco, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, se movió para que el FBI, la DEA y las autoridades que llevan la Iniciativa Mérida en EU le firmaran un convenio de colaboración para intercambiar información y capacitación contra el narco y el crimen organizado en su estado. Roberto Loosle, jefe de la Oficina del FBI en México, firmó los convenios y hasta elogió: “Este esfuerzo del gobierno de Tamaulipas es muy admirable y lo que están haciendo todas estas agencias que están aquí en conjunto y en coordinación debe ser un ejemplo para los otros estados de México y también para muchos de las agencias de EU”. ¿Qué tal?... Hay cosas que sobrepasan las diferencias ideológicas. El jueves, en una mesa de un concurrido restaurante del Centro Histórico, el priísta César Camacho y la perredista Ruth Zavaleta compartían muy amigables el desayuno… Los dados mandan escalera doble. ¡A votar!

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