lunes, 28 de junio de 2010

BAJO RESERVA


Cantante del pueblo, autor prolífico, voz de los tropiezos de los mexicanos y en algún punto de su vida jugador profesional de futbol (estuvo en el Oviedo y en el Marte), José Alfredo Jiménez escribió: “Nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores…”
La frase aplica a la derrota de México frente a Argentina en el Mundial de Sudáfrica. Pero también al último resbalón de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación. Su declaración del fin de semana contra defensores de derechos humanos (“No ser tontos útiles de una delincuencia a la que le sirve deslegitimar, destituir, perseguir, contener, condicionar, debilitar, la acción de la autoridad”) sigue generando ecos.

¿Por qué la CNDH tardó 24 horas en responder? Ahora sabemos: Por prudencia. Y exceso de confianza. Raúl Plascencia pensó que Gobernación corregiría, que sacaría un comunicado para enmendar sus declaraciones. Le pareció “inconcebible que en un régimen democrático la propia autoridad pretendiera desacreditar el trabajo de los defensores”, nos dice una fuente. Pero Gómez Mont mantuvo esa visión que en el fondo liga a los críticos con el equipo de los criminales. No es la primera vez que lo hace. Hace unas semanas, recordará, acusó a los medios de Ciudad Juárez de lo mismo y después se fue contra toda la prensa. “Siempre caigo en los mismos errores…”, diría José Alfredo. Pues sí.


“Está claro que con dos errores tan groseros es muy difícil aspirar a algo. Sin duda, me voy decepcionado”, dijo ayer Javier Aguirre. Para el técnico tricolor, la derrota fue fundamentalmente asunto de árbitros. Muy parecido a lo que advierten PAN, PRD y Convergencia. De acuerdo con sus dirigentes nacionales, hay temor por la parcialidad de los árbitros en Oaxaca, Sinaloa, Durango, Veracruz, Hidalgo y Puebla. César Nava y Jesús Ortega afirman que los institutos en esas entidades están “al servicio” o “subordinados” al PRI. Y antes, hace días, Nava pidió a las policías locales no participar en el proceso porque, dijo, operarán a favor del tricolor. Terrible que el arbitraje todavía esté sometido a las dudas. Hace pensar que 10 años de “normalidad democrática” han servido para poca cosa.


Julio César Chávez Carrasco, hijo de la leyenda del boxeo mexicano, logró el sábado en la noche uno de los triunfos más importantes de su carrera: el cinturón de plata de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo. También se compró uno de los mayores compromisos de su corta historia: enviar un saludo desde las cámaras, todavía bañado en sudor, al candidato del PRI al gobierno de Sinaloa, Jesús Vizcarra.


Apunte final: El futbol se entiende como una extensión de la vida misma. Para desgracia de los mexicanos. “Expertos en el papel secundario, nuestra noche ha durado ya varias décadas”, dice el escritor Guillermo Fadanelli en Tiros Literarios, blog de EL UNIVERSAL. “Otra guerra perdida”, agrega Javier García-Galiano. “Ni en el futbol, México encuentra los caminos para levantarse de la injusticia”, dice Luis Muñoz Oliveira.

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