sábado, 26 de junio de 2010

Los viajes de Peña.....Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto



Hoy Peña hará dos visitas de campaña que llevan un claro mensaje político de respaldo a dos gobernadores cuestionados y exhibidos con conversaciones telefónicas obtenidas mediante un espionaje ilegal


Peña Nieto visitará Veracruz como un mensaje político de respaldo a Fidel Herrera, quien está en el ojo del huracán tras la divulgación de sus llamadas
Ubicado siempre en el ojo público, el activismo del gobernador del Estado de México será fuerte en los próximos días; aunque en un golpe de estrategia, Enrique Peña Nieto se ausentará del país la próxima semana y evitará así estar aquí durante los comicios del domingo 4 de julio, en los que mucho se ha señalado y comentado su participación en las campañas de los candidatos del PRI a las gubernaturas en 12 estados.
Hoy Peña hará dos visitas de campaña que llevan un claro mensaje político de respaldo a dos gobernadores cuestionados y exhibidos con conversaciones telefónicas obtenidas mediante un espionaje ilegal. Por la mañana, el mexiquense estará en Veracruz, en un acto de campaña del PRI en Tuxpan, y por la tarde visitará Oaxaca para hacer proselitismo junto al abanderado priísta, Eviel Pérez.
Peña ya había cerrado sus visitas proselitistas a los estados, después de que estuvo prácticamente con todos los candidatos priístas, y ahora decide hacerse presente en Veracruz, donde Fidel Herrera está en el ojo del huracán tras la divulgación de sus llamadas telefónicas en las que opera ilegalmente en los comicios locales para favorecer al PRI. Y aunque es sabido que entre el gobernador mexiquense y el veracruzano no hay la mejor relación, el espaldarazo también busca alejar las versiones que ubicaron en Toluca el origen de las grabaciones ilegales.
Pero el mexiquense sabe que su proselitismo en estas campañas, en las que se le vio recorrer todas las entidades con procesos, también fue una fuente de golpeteo en su contra, pues se insistió en que él junto con otros gobernadores —Nuevo León y Coahuila—, financiaban a los candidatos priístas en otros estados.
Tal vez por eso Peña buscó la ocasión de ausentarse del país y no estar presente el día de la jornada comicial. Junto con un grupo de empresarios de su estado, el gobernador viaja a China a partir de ese lunes para asistir a la Expo Mundial, en Shangai, donde se instalará un Pabellón de México.
Así, desde el lejano Oriente, el hombre que aspira a regresar al PRI a Los Pinos, verá los toros desde la barrera y se enterará en Beijing, en donde estará el fin de semana de comicios, si sus viajes proselitistas por todo el país y el impulso que dio a los candidatos priístas —¿sólo anímico o también con recursos?— dio resultados.
¿ELECCIONES IMPUGNADAS?
En Sinaloa, donde diversas encuestas serias anticipan una votación que se abre con ligera ventaja para el priísta Jesús Vizcarra, la pugna de poder entre dos grupos priístas —el que encabeza el gobernador Jesús Aguilar contra el del ex gobernador Juan S. Millán— aparece como fondo en las elecciones del próximo 4 de julio. Aunque el senador con licencia, Mario López Váldez, conocido como Malova, es candidato de una alianza PAN-PRD, PT y Convergencia, en realidad la disputa real ocurre al interior del priísmo y roza los linderos de un fenómeno conocido y documentado en tierras sinaloenses: la narcopolítica.
No es casual que en último debate las acusaciones más fuertes entre los dos principales candidatos, el puntero Vizcarra y el segundo lugar Malova, tuvieran que ver con el tema de los vínculos con personajes del mundo del narco.
Y aunque las campañas se desarrollaron con relativa tranquilidad, la ferocidad de la pelea política ha hecho que algunos candidatos apuesten al tema de la amenaza latente del narcotráfico, ya sea para victimizarse o para desarrollar estrategias de contra propaganda en la que les ayuden en su posicionamiento.
Desde que comenzó su movimiento para romper con el PRI; acusando que los dados estaban “cargados” en su partido, Malova trazó una ruta crítica en la que buscó siempre aparecer como el candidato independiente que se rebeló a una imposición del priísmo. Y en el camino, comenzaron a ocurrirle “cosas” a él y algunos de sus cercanos que reforzaron la idea de un candidato que “desafiaba” a las mafias locales, las políticas y las otras.
En noviembre de 2009, cuando aún era priísta y buscaba la candidatura por ese partido, el senador denunció un robo a sus oficinas de gestoría en Culiacán, de donde sustrajeron 10 computadoras, aunque él mismo descartaba un trasfondo político.
Luego, en enero de este año, la camioneta del ex gobernador Juan Millán, intentó ser asaltada por dos sujetos que se enfrentaron a la policía. Juan Millán, muy cercano a Mario López Váldez, calificó el hecho como “aislado” pero al mismo tiempo deslizó: “Sería muy lamentable que lleguemos a niveles de violencia con un fondo político”.
El incidente más grave fue la agresión al hijo de Malova, ocurrida en Los Mochis, donde cuatro sujetos encapuchados y armados con R-15 chocaron su camioneta contra el carro del joven para luego golpearlo y robarle su celular. El senador se negó a especular sobre el hecho, pero hubo periódicos como El Diario de Los Mochis, que documentaron que no hubo testigos de lo ocurrido y que la Policía Municipal ni siquiera levantó un parte por la agresión porque nunca pudieron ver el automóvil en que viajaba el hijo del candidato.
Al propio Mario López se le preguntó recientemente si había recibido algún tipo de agresión o amenaza por parte de grupos políticos o delincuenciales de su estado a lo que respondió que no; el único hecho extraño, dijo el senador, había sido el de su hijo, aunque no estaba seguro de que hubiera sido algo dirigido a él “o si él tuvo la mala fortuna de cruzarse con los malos como ocurre mucho en Sinaloa”.
El PAN y el PRD se sumaron también a estas denuncias de violencia. Un diputado perredista local, Juan Figueroa, el 19 de mayo, denunció haber sido interceptado por hombres armados en la Maxipista cuando se dirigía a Culiacán. La denuncia la hizo en los medios pero nunca presentó una denuncia formal. El caso más reciente ocurrió el 12 de junio pasado, cuando vándalos lanzaron de madrugada una bomba molotov en la sede municipal del PAN en la capital sinaloense, causando daños en la entrada. El dirigente panista local se apresuró a acusar al PRI del ataque que calificó de “represalia política”.
La pregunta sería si todos esos incidentes fueron reales y de ser así ¿qué sigue? O si esas denuncias y otras que se están documentando del lado de la alianza opositora, sobre presuntos desvíos de recursos públicos en las campañas, van orientadas desde ahora a armar el escenario de una elección enrarecida que pueda ser impugnada, aún perdiendo la alianza PAN-PRD y llevada a tribunales para demandar su nulidad. ¿Es esa la estrategia que seguirán panistas y perredistas en Sinaloa y otros estados?

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