viernes, 6 de mayo de 2011

Espacio Civil | Emilio Álvarez Icaza L.-- La marcha del poeta; la sacudida del país

En un hecho especial, el día de ayer se presentó una particular coincidencia. Casi al momento que daba inicio la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, en Cuernavaca, tembló en una gran parte del territorio nacional. Ojalá que esta coincidencia signifique también una fuerte sacudida ciudadana que ayude a la transformación del actual estado de las cosas. La transformación de una realidad profundamente dolorosa, que se hace aún más cuando se ven los pocos costos que pagan quienes transgreden la ley u optan por la corrupción como forma de vida, la que se ahonda al ver que esas prácticas se realizan incluso desde el servicio público.
Por eso se hace tan necesario sumarse y salir a caminar y a manifestarse este domingo. Para exigir que cambie la situación en la que estemos, con cerca de 40 mil asesinatos en cuatro años; en la que se encuentran fosas clandestinas con decenas y decenas de cuerpos sin vida; donde se secuestra, tortura, asesina y desaparece a migrantes nacionales y extranjeros; donde la extorsión y el secuestro son actividades altamente lucrativas; donde cada vez más jóvenes y niños tienen acceso a la droga y son víctimas de la violencia; donde la inseguridad es una realidad en amplias zonas del país y un largo etcétera de hechos que nos duelen e indignan.
Por eso es que la movilización convocada por el escritor, periodista y poeta, Javier Sicilia y el movimiento civil de Cuernavaca toma tal significación, dimensión y esperanza. Somos miles de personas los que nos sentimos reflejados en su grito de ¡Estamos hasta la madre! Sí, estamos hasta la madre de tener miedo, de sentir en riesgo a nuestras familias, de la impunidad, de la ineficacia de las acciones de los gobiernos en contra de la delincuencia, de la colusión de servidores públicos con los "malandros", de la incapacidad y pequeñez de nuestra clase política (más ocupada en sus más mezquinos y particulares intereses que en el país y en la gente que paga sus jugosos sueldos y costosas oficinas), de la ausencia de opciones para tantos mexicanos y mexicanas que sólo quieren trabajar y vivir con dignidad.
La Marcha Nacional por la Paz recién inició el día de ayer desde Cuernavaca y ya se conoce que tendrá múltiples réplicas dentro y fuera de México. Al día de hoy se sabe que habrá civilizaciones en más de 40 ciudades del país, entre ellas, Ciudad Juárez, Chihuahua, Morelia, Cuernavaca, Tijuana, Puebla, Acapulco, Tepic, Chetumal, la Comarca Lagunera y otras. Fuera de México ya se sabe de eventos a realizarse en 30 ciudades de Estados Unidos, Europa y América Latina, entre algunas: Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Dallas, Montreal, París, Londres, Barcelona, Berlín, Frankfurt, Río de Janeiro y Buenos Aires.
Este ejercicio ciudadano es una nueva oportunidad que la ciudadanía da a sus gobiernos para tener mejores resultados y simultáneamente es una nueva oportunidad que se da a sí misma como principal fuente de transformación de la realidad. Por eso la importancia de que se atienda la invitación de Javier Sicilia de marchar en silencio, ya que ahí cabemos todos, distintas ideología, creencias, militancias, identidades y realidades. Se necesita de las organizaciones sociales y civiles, de académicas y sindicatos, de empresarios y de derechos humanos, de víctimas e intelectuales, de estudiantes y jóvenes. La verdad es que el país requiere a todos y a todas. La idea de la Marcha por la Paz no significa una idea romántica de la realidad, todo lo contrario. Las acciones de no violencia son de tal radicalidad que llegan incluso a ser actos mucho más eficaces y fuertes que la violencia en sí, Gandhi y Luther King así lo demostraron.
Este domingo 8, todos al Zócalo de la ciudad de México o al de nuestra ciudad o localidad. En los templos, parques y plazas, a sumarnos como podamos, mostrando una señal visible de luto, una bandera blanca, en oración o participación. Es momento de romper el miedo y de empujar la firma de un Pacto por un México en Paz y Justo que tenga lugar en Ciudad Juárez y se replique en todo el país. Es momento de la gente que ama este país y no está dispuesta a permitir que se nos vaya de entre las manos y que sigan muriendo tantos jóvenes.
Defensor de los derechos humanos

1 comentario:

Monica dijo...

estoy viviendo en un apartamento en buenos aires pero nací en México, por lo que me encanta saber las noticias de mi país y ver que este todo en orden, si hubiera estado ahí, sin duda habría ido a la marcha