La madrugada de este sábado, el gobernador de Veracruz, @Javier_Duarte, en su cuenta de Twitter respondió lo siguiente al usuario @samuelfg: “¿Cuál es tu propuesta? ¿Dejar que estos hijos de puta estén en la calle secuestrando, extorsionando o vendiendo drogas? Criticar es fácil”.
Las palabras de Duarte se dieron en el contexto de una fuerte balacera, que dejó cinco muertos, en el centro del municipio de Boca del Río, Veracruz, muy cerca de donde se celebraba, en la calle, el primer Festival Internacional de la Salsa, en el que unas 120 mil personas escuchaban a cantantes como Willie Colon, Rey Ruiz, Luis Enrique y Tito Nieves. Milagrosamente no hubo más víctimas.
Con tanta gente en la calle por el espectáculo musical, el enfrentamiento fue presenciado o al menos escuchado por muchas personas que dieron detalles del mismo a través de las redes sociales de internet.
No fue, desde luego, la única balacera que se dio en México durante el viernes o la madrugada del sábado. Hubo otras, algunas más lamentables, es decir, con más muertos que la de Boca del Río, particularmente en Tamaulipas. Pero como se dieron frente a menos personas, tuvieron menor resonancia.
El hecho es que, en Veracruz, muy cerca de donde más de 100 mil personas se divertían, en la vía pública, los sicarios al servicio del crimen organizado se enfrentaron a integrantes de la marina. Se dieron con todo durante horas. Al final se impusieron los marinos, pero no les resultó sencillo porque la mafia, desgraciadamente, posee un poder de fuego equiparable al de las fuerzas armadas del gobierno de México.
Como todos los mexicanos @Javier_Duarte está hasta la madre. Por eso, en el citado mensaje de Twitter estalló contra los “hijos de puta”. En efecto, contra los pistoleros pagados por el crimen organizado que han convertido a la nación mexicana en un infierno.
La verdad de las cosas es que, en la guerra contra el narcotráfico, muy poco o nada pueden hacer los gobernadores para evitar sus consecuencias negativas. De hecho, tal como ha evolucionado el problema, ya ni Felipe Calderón, que controla el gobierno federal, puede hacer mucho para impedir que la mafia, por más batallas que pierda, siga ganando la guerra.
El hecho es que falló la estrategia de Felipe Calderón. Después de 40 mil muertos, muchos de ellos inocentes, la derrota es evidente. Pero, a pesar del fracaso del actual gobierno federal, México no se ha perdido. Si Calderón no corrige el rumbo, y no se le ve con ganas de hacerlo, lo hará su sucesor, del partido que sea, inclusive del PAN. Entonces, y solo entonces, empezará a mejorar la situación.
Mientras tanto, tal vez lo único que nos queda es la indignación. Contra la estrategia fallida de Calderón, sin duda, pero también, y sobre todo, contra los hijos de puta de los que habló Javier Duarte en Twitter, esos matones que merecen el desprecio de todos
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