domingo, 8 de mayo de 2011

Luego de siete horas de recorrido desde Ciudad Universitaria, el contingente se concentra en el lugar, donde el poeta Javier Sicilia dará un mensaje


Arriba Marcha por la Paz a la plancha del Zócalo

en el que propondrá un pacto nacional hacia la transformación del país.

Ciro Pérez Silva y Víctor Ballinas
Publicado: 08/05/2011 08:21
México, DF. Luego de siete horas de recorrido desde Ciudad Universitaria, la caravana nacional por la paz, encabezada por el escritor Javier Sicilia, entró a las 15:47 horas a la plancha del Zócalo capitalino donde se espera que emita un mensaje, cuya propuesta sea formar un pacto nacional hacia la transformación del país.

Antes de que la vanguardia de la marcha, que partió el jueves pasado de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, culminará su recorrido, diversas calles que confluían a Eje Central -por donde avanzaron las decenas de miles de manifestantes que se sumaron a la convocatoria ciudadana- se encontraban ocupadas por la presencia de personas que desde ahí se incorporaron al grueso de la marcha.

Poco después del arranque -antes de las nueve de la mañana- la caravana ocupaba más de un kilómetro. Multitudes cubrían el Eje Central desde Viaducto hasta Doctor Balmis, mientras que detrás de la vanguardia de la marcha, el grupo de acompañantes ocupa cuatro cuadras.

Si de acuerdo con los cálculos de la policía del Distrito Federal salieron de Ciudad Universitaria poco menos de diez mil caminantes, los cálculos en este momento son de 65 mil, sin contar las expresiones de apoyo que a su paso por diversas colonias han recibido Sicilia y familiares de otras víctimas en pasos peatonales, bocacalles y balcones, que con aplausos y mantas hacen patente su solidaridad. Los organizadores estiman la participación de 200 mil personas.

El poeta ha estado acompañado en la vanguardia de la marcha por el sacerdote Alejandro Solalinde, al igual que un numeroso grupo de indocumentados. A la vera del camino, grupos de bicicleteros acompañan la marcha con el sonido de campanas; asociaciones civiles apoyan la caminata regalando agua y fruta.

Estas escenas de solidaridad las repiten niños, ancianos, mujeres con globos blancos o pancartas en las que se lee: ¡No más sangre!, ¡Ya basta!, ¡Ni uno más!

En un silencio que sólo rompieron la consigna de “¡Zapata vive, la lucha sigue!” que motivó la presencia de habitantes de Atenco, que reivindicaron su derecho a la tierra que ocupan.

A su paso se fueron sumando nuevos grupos o personas que en lo individual le expresan a Javier Sicilia su dolor por los familiares perdidos, historias de sangre y muerte en una lucha que, advierten, “ni entendemos ni compartimos”.

Figuras humanas de papel dan cuenta también de los 10 mil huérfanos sólo en el año pasado, de la militarización del país, de una década más de desaparecidos políticos o de los 45 mil muertos de esta guerra.

Aquí también se han incoroporaron algunos padres de los niños muertos en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, entre otros muchos que se acercan a Sicilia para expresar su solidaridad.

Más de dos mil personas se van delante de la descubierta, y se fueron agregando decenas y decenas. A cada calle que avanza, la movilización fue creciendo. La consigna es: “¡No más sangre!”.

Alrededor de las 08:43 horas, cuando arrancó el cuarto y último día de la marcha, Javier Sicilia señaló que a pesar de la podredumbre de las instituciones y de lo avergonzado que se puede sentir un mexicano cuando ve a los políticos disputarse el poder anteponiendo sus intereses particulares a los del pueblo, “todavía es posible hacer que la palabra cambie al país si la transformamos en acción, si no permitimos que nos gane la inmovilidad y nos quedamos sin hacer nada después de esta marcha”.

En la explanada principal, el poeta dijo que de ser necesario “debemos recurrir a la desobediencia civil. Hay que tener los huevos para no claudicar, para no pagar impuestos y hacerlo todos, para rodear el Senado o la Cámara de Diputados hasta que nos hagan caso.

Todavía creo que es posible que lleguemos a tocar el corazón y ese pequeño gramo de bondad que hay en los políticos, en los militares, en los policías y hasta en los delincuentes para que entiendan de una vez que no queremos que el país siga como va, parece que no entienden, pero nos vamos a hacer entender”, sentenció.

El contingente de la marcha salió de Ciudad Universitaria por Insurgentes, continuó por Eje 10 Sur, Avenida Universidad, Río Churubusco, Eje Central y en 5 de mayo ingresó al Zócalo

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