lunes, 23 de mayo de 2011

México SA-- Fantasía en Los Pinos-- ¿Carstens al FMI?-- México: poder de voto-- Carlos Fernández-Vega


Agustín Carstens Cartens, gobernador del Banco de México. Imagen de archivoFoto Yazmín Ortega Cortés

En otra Cordero-aventura (similar a la de los 6 mil pesos mensuales, con los que se viven de maravilla, según él), ayer el Secretario de Hacienda (obvio es que por instrucciones del inquilino de Los Pinos) se aventó al ruedo para anunciar que propondría la candidatura de Agustín Carstens para la posición de director gerente del Fondo Monetario Internacional, porque, de acuerdo con su versión, no sólo es el mejor, sino cumple con todos los requisitos para ocupar el puesto.

De entrada, habría que consultar a la comunidad de naciones qué piensa sobre un personaje que diagnosticó como simple catarrito a la peor crisis económica en 80 años y, de paso, preguntar a Ernesto Cordero y a su promotor si tienen alguna idea de cómo y quiénes han tomado las decisiones en el Fondo Monetario Internacional a lo largo de sus casi 67 años de existencia. No se requiere genialidad para saber que para estos efectos México nunca ha sido tomado en cuenta, ni lo será.

Tal vez Cordero dio credibilidad a la más reciente mentira del directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, en el sentido de que adoptó un procedimiento que permite que la selección del próximo director gerente se realice de manera abierta, meritocrática y transparente, y a partir de allí surgió la brillante idea de exportar al doctor catarrito a Washington. ¿”Meritocracia” y transparencia en el FMI? Jamás en sus casi 67 años (desde que en 1944-1945 se repartió el pastel en Bretton Woods), y en esta ocasión no tendría por qué ser distinto. Más bien, oníricocracia calderonista.

Si lo anterior no fue el motivo para promover al susodicho, entonces probablemente la dupla Calderón-Cordero (que, como dice la canción, son uno mismo) dio como cierta la fábula de que los mil 600 millones de dólares erogados por las dos administraciones panistas (Fox en septiembre de 2006 y el actual inquilino de Los Pinos en noviembre de 2008) para aumentar la influencia de México en el seno del organismo financiero, gasto que, dicho sea de paso, incrementó en sólo 0.04 puntos el poder de voto del país en la toma de decisiones (de 1.43 a 1.47 por ciento del total, o lo que es lo mismo 400 millones de dólares por centésima). ¡Qué poder de voto tan sólido!

Es problema de la citada dupla si está convencida de que con 6 mil pesos mensuales se vive de maravilla y de que Agustín Carstens tiene posibilidad de llegar al puesto principal del FMI con 1.47 por ciento de los votos. Allá ellos, pero la bronca real es para el país, que corre el riesgo de tatemarse una vez más ante la comunidad de naciones. Es un sueño creer que los países latinoamericanos promoverían al doctor catarrito. En todo caso apoyarían una candidatura brasileña, y aun así el voto regional conjunto (México incluido) no pasa de 7.2 por ciento del total.

En fin, puede ser el efecto del shoot tequilero, pero en los hechos desde ya se perfila la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, como probable relevo del cachondo Dominique Strauss-Kahn en el puesto principal del FMI. Además, no se trata del voto de un solo país en el seno del organismo financiero (el galo triplica al mexicano), sino de las profundamente antidemocráticas tradiciones de las naciones poderosas: la presidencia del Banco Mundial para un gringo; la dirección-gerencia del Fondo para un europeo, pero no cualquiera.

¿A qué bloques se enfrentaría la candidatura del doctor catarrito? El voto de la Unión Europea (que de acuerdo con el reparto del pastel se queda con el principal cargo del FMI) concentra 26.1 por ciento del total; Estados Unidos acapara 16.8 por ciento; Japón se queda con 6.25 por ciento; Canadá y Reino Unido controlan 2.57 y 4.3 por ciento, respectivamente. En conjunto, 56.02 por ciento del poder de votación. ¿Alguno de ellos se inclinaría por Agustín Carstens y su sabiduría para diagnosticar crisis? Angela Merkel, la canciller alemana, lo resumió así: las naciones en desarrollo tienen un reclamo legítimo para colocar a uno de sus connacionales en esa posición, pero no ahora, a mediano plazo. Y el calendario lo controlan los países altamente desarrollados.

¿Qué pretende el inquilino de Los Pinos y su Cordero con la presunta candidatura de Carstens? En los casi 67 años de existencia del FMI, diez europeos han ocupado la dirección-gerencia (cuatro franceses, dos suecos, un español, otro belga, uno más alemán y para rematar un holandés). Si Estados Unidos, junto con Canadá y Reino Unido, decidiera impulsar una candidatura propia no librarían frente al bloque europeo (23.67 contra 26.1 por ciento de la votación, respectivamente). China (3.82 por ciento) y Rusia (2.4 por ciento) no se sumarían a una propuesta estadunidense, y en este sentido Japón (6.25 por ciento) es pragmático y se inclina por el bloque europeo. Las migajas de la votación se las reparten las naciones africanas y asiáticas, que votarán por la propuesta de la UE. Nada apunta, pues, a que la tradición se modifique y que la meritocracia sea el elemento a considerar en esta ocasión.

Más claro, el viento, pero en Los Pinos sueñan que con 1.47 por ciento de los votos el doctor catarrito tiene el futuro garantizado en el FMI. Por eso México está como está.

Las rebanadas del pastel

De regreso al México real, va un caso concreto de cómo el gobierno federal está rompiendo el círculo vicioso de egresados sin empleo (Calderón dixit): efectivamente lo que dice (el inquilino de Los Pinos) son mentiras. Terminé mi maestría en finanzas en la EGADE Monterrey, la cual hace poco fue nombrada entre las mejores de América Latina, y pareciera que fue un error porque las empresas no me quieren contratar, dicen que la maestría sale sobrando y lo que me ofrecen no compensa la gran cantidad de dinero que invertí en mi educación. Soy de Querétaro, un estado que presume crecimiento y desarrollo, el cual yo no he visto. Ayer fui a una feria de empleo para jóvenes organizada por el gobierno, donde hubo mucha publicidad. El gobierno se adornó diciendo que sus integrantes se preocupan por los jóvenes para que tengan empleo. Mi sorpresa es que esos empleos son para gente con educación trunca, que quiera trabajar de mesero, vendedor, montacarguista, empleos de ese tipo, pero para gente con educación superior o de postgrado sólo vi 32 vacantes, y en algunos los salarios estaban en ¡5 mil pesos! Creo que a ese tipo de empleos se refiere (el susodicho). Antes decía: quiero un trabajo digno, que me guste y que aporte mucho; ahora sólo quiero trabajar y el salario, la verdad, casi voy a lo que me ofrezcan porque obviamente en muchas empresas el salario no es negociable

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