Que el ánimo en Los Pinos no está para festejos. De ahí el perfil discreto que tendrá la ceremonia en que el presidente Felipe Calderón presentará su mensaje político del quinto año de gobierno en el Museo de Antropología.
Mucho tuvo que trabajar el secretario particular, Roberto Gil, para reducir de 10 mil a mil el número de invitados. Y de la fiesta posmensaje ni hablar.
Apenas termine la ceremonia de hoy, el Presidente se concentrará en la preparación de la reunión de seguridad de la próxima semana con el rector José Narro y con los grupos del movimiento de Javier Sicilia.
Que, hablando de las reuniones con el grupo de Sicilia, la que está prácticamente descartada es la de la Suprema Corte de Justicia.
Parece que se impusieron quienes se niegan a que los ministros salgan de las instalaciones de la Corte para reunirse en cualquier otro lugar.
Tampoco les gusta la idea de dialogar con un grupo hoy y tener que fallar en un futuro contra uno de los dialogantes.
Bueno, bueno.
Que, hablando del secretario particular Roberto Gil, esta podría ser su última semana antes de regresar a la Cámara de Diputados, donde, dicen, lo extrañan mucho los panistas.
¿Será?
Que quien está más que animado con su tendencia al alza en las encuestas es el precandidato del PAN y secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Mañana tendrá un evento con, se dice, 2 mil simpatizantes blanquiazules en la capital. El jueves entregará el Presupuesto 2012 y la Ley de Ingresos, y antes de las fiestas patrias dirá adiós a la SHCP.
Cordero está convencido de que alcanzará y rebasará a Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel. Será, a fin de cuentas, el único integrante del gabinete del presidente Calderón que dejará su cargo para ganar una candidatura.
Que tras el Informe de gobierno, los priistas romperán el silencio sobre las acusaciones contra su dirigente nacional, Humberto Moreira, para acallar versiones y rumores.
Por eso iniciarán la defensa de Moreira con una comparación de cifras de desarrollo en Coahuila antes de la llegada del priista y cómo se lo deja a su hermano Rubén, con inversiones en infraestructura y buenos números en reducción de pobreza.
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