Por más que los medios de comunicación nos quieren hacer creer que la pelea por la Presidencia es entre tres candidatos, todos sabemos que sólo hay dos opciones. MÁS DE LO MISMO O UN CAMBIO REAL.
Los que no comulgan con el cambio que necesita el país, o no les conviene porque afectaría sus intereses personales, dividirán su voto entre PRI y PAN, todos los demás, incluyendo a muchos de los supuestos indecisos según las encuestas, optaremos por darle un voto de confianza al único aspirante a la Presidencia que ha presentado con anticipación un Proeyecto Alternativo de Nación así como a los integrantes del gabinete que lo acompañará en caso de volver a ganar las elecciones.
Suponiendo que la derecha fuera mayoría, al dividir su voto entre PRI y PAN aumentaría la posibilidad de que la izquierda salga favorecida.
Los que se niegan al cambio pertenecen al sector de la población que no ha sido afectado económicamente y tampoco ha sufrido en carne propia las consecuencias del modelito neoliberal que nos tiene en esta crisis. O sea que no son mayoría, forman parte de los pocos privilegiados.
Los que están hasta la madre, como dijera el poeta morelense, son todos los demás.
Por lógica elemental, y por las cifras de pobreza, muerte, injusticias y abandono por parte del estado, somos más los que le apostamos a ese cambio que en las actuales circuinstancias sólo puede darse si se enfrenta con decisión y organización a la clase social que no alcanza a comprender que continuar por el mismo camino nos llevará al caos.
Las diferencias entre PRI y PAN son de froma y no de fondo, finalmente, como lo han demostrado hasta el hartazgo, se van a poner de acuerdo para mantener el poder y conservar su impunidad. Calderón está dispuesto a declinar por Peña Nieto porque lo que realmente le importa es no ser llamado a cuentas por corrupción y por las muertes que carga en su costal.
Josefina Vázquez Mota no tiene ninguna posibilidad de llegar a la Presidencia, eso lo saben TODAS las encuestadoras aunque no lo revelen por ahora.
La pelea es entre dos. La guerra sucia contra López Obrador vuelve a encenderse con más rabia cada día. Duro contra él porque es el que puede impedir que el país siga en manos de unos cuantos.
Si logramos cuidar el voto, vigilar las casillas y demostrar las irregularidades y violaciones que ya planea la derecha prianista, vamos a demostrar que los privilegiados no son mayoría.
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