:Que el presidente Felipe Calderón y el legislador perredista Guadalupe Acosta zanjaron ayer con una carcajada el malentendido del viernes, cuando el diputado, por seguir el riguroso protocolo, dejó al mandatario con la mano extendida, en lo que pareció un ostensible desaire durante el acto de bienvenida a Benedicto XVI.
Al coincidir una vez más, ahora en la despedida del Papa, Calderón le dijo a Acosta: “¡Mira nada más en la que nos metieron!”, y el representante nayarita le respondió, de buen humor: “No importa, hoy aplicamos el protocolo mexicano y no el del Vaticano”, para enseguida estrecharle la mano y dejar constancia de ello ante las cámaras.
:Que Felipe Calderón quedó más que contento con la organización de la visita del Papa, la seguridad con que se llevaron a cabo todos los actos y la civilidad que permitió que políticos de todo signo coincidieran en la misa del domingo.
En su cuenta de Twitter dejó constancia de ello y, además, felicitó de manera especial al general Jesús Castillo, jefe del Estado Mayor Presidencial, y al personal bajo su mando, por su eficiente desempeño.
:Que si en la Cámara de Diputados comenzará a “pegar” la ausencia de quienes dejan la curul para buscar otro puesto político, como son los casos de Alejandro Encinas, Armando Ríos Piter y Carlos Alberto Pérez Cuevas, es en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal donde el brinco será más notorio.
Unos 50 de los 66 diputados locales buscan saltar a otros puestos de elección, entre ellos Alejandra Barrales, Mariana Gómez del Campo e Israel Betanzos, y por ese motivo la mesa directiva de la ALDF ya preparó descuentos de dieta para quienes no se presenten.
:Que en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad hay inquietud por las actividades del primer aniversario del asesinato de siete jóvenes en Cuernavaca, entre ellos el hijo de Javier Sicilia.
Como entre algunas organizaciones civiles de Morelos que apoyaron al movimiento en sus inicios hay desencanto con el poeta, los organizadores temen una escena similar a la que se vivió en la Caravana del Sur, cuando solo había una decena de personas esperando al contingente
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