El Jefe de Gobierno del D.F., Marcelo Ebrard, al inaugurar el Foro Internacional sobre los Derechos de las Personas Mayores, organizado por la CEPAL y la administración capitalina, aseguró con justa razón que sin una política universal de cobertura a los adultos mayores no se puede hablar de una sociedad igualitaria y equitativa, y recordó que el Gobierno del Distrito Federal enfrentó una gran lucha para instrumentar el programa de Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores, pues esa decisión fue considerada por muchos analistas económicos como un error estratégico que no se podía financiar.
Hoy vemos que la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores es una realidad en el en el D.F., y que cuando se quiere, se puede. Bastó la voluntad política de un Jefe de Gobierno honesto que supo administrar con justicia los recursos económicos.
La ayuda que reciben los adultos mayores, por ley, en el D.F. no sólo alcanza para cubrir el gasto de alimentos y medicinas que requieren nuestros ancianos, en muchas ocasiones sirve también para ayudar a los hijos y a los nietos.
Otras entidades de la república han intentado copiar el programa pero ninguna lo ha hecho con carácter universal y tampoco ha destinado una cantidad suficiente. Sería tanto como reconocer un logro de Andrés Manuel López Obrador.
Vemos con tristeza que la nueva contienda electoral tiene los mismos tintes que en 2006: bajar al candidato que representa un cambio y mantener arriba a quienes aseguren conservar los privilegios de unos cuantos. Los medios de comunicación de la derecha no van a reconocer, por ningún motivo, los aspectos positivos del candidato de las fuerzas progresistas, al contrario, insistirán en que sigue siendo un peligro (para ellos).
Lo que sí ha cambiado es la proliferación de argumentos que señalan el rumbo equivocado que ha seguido el país y las terribles consecuencias de haber continuado con el mismo sistema corrupto que nos llevó a esta crisis. Lo que ha cambiado también es la toma de conciencia de un sector importante de la población que, sumado a los convencidos del cambio, pueden evitar el regreso del PRI a Los Pinos.
El Proyecto de Nación que impulsa López Obrador junto con especialistas, profesionistas, académicos, empresarios, industriales y sociedad civil en general, surgió de un diagnóstico de la realidad y por lo mismo se ajusta a los problemas urgentes que tenemos que resolver para salir adelante.
Lo que ha expresado López Obrador después de recorrer todo el territorio nacional es lo mismo que ahora concluyen personajes del mundo de los negocios, que en otro momento se cerraron al cambio.
Por ejemplo, Salomón Persburguer, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, CONCAMIN, acaba de reconocer que es una BOMBA DE TIEMPO que 30 millones de personas desempleadas o que trabajan en la economía informal no tengan servicios médicos, pensiones ni prestaciones que les permitan tener algún ingreso para sobrevivir al llegar a la edad adulta.
Quiere decir entonces que garantizar una pensión alimentaria para los adultos mayores no sólo es un acto de justicia, sino que evitaría el estallido de esa bomba de tiempo a la que se refiere el presidente de la CONCAMIN.
Salomón Persburguer también está de acuerdo en la necesidad de incrementar el presupuesto para desarrollar en el país la ciencia y la tecnología. Eso significa que López Obrador no se equivoca al proponer la creación de la Secretaría de Ciencia, Tecnologías e Innovación.
Y así, como este ejemplo, hay muchos otros de gente que poco a poco se ha convencido de que los problemas no nos llueven del cielo, sino que obedecen a las pésimas decisiones tomadas por los gobiernos corruptos que hemos padecido, y que hoy se niegan ROTUNDAMENTE a permitir que las cosas cambien en beneficio del pueblo y del país.
Hoy somos más los convencidos de aquella frase de Andrés Manuel que caló hondo en la derecha reaccionaria y retrógrada: por el bien de todos, primero los pobres.
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