En un encuentro que tuvo Andrés Manuel López Obrador con alumnos de la universidad Anáhuac aseguró que ninguna de las imputaciones que le han hecho los medios de comunicación son ciertas, refiriéndose a su amistad con Hugo Chávez, su complicidad con René Bejarano o al trillado tema del plantón de Reforma. Les dijo que si fuera corrupto no podría darle la cara a los jóvenes, en quienes cifra las esperanzas de un futuro mejor para todos. Después de escuchar sus argumentos, los estudiantes se mostraron complacientes y atentos con el candidato de las fuerzas progresistas porque quien habla con la verdad no sólo convence sino que tranquiliza.
Los jóvenes de escuelas particulares creyeron gran parte de la guerra sucia en el 2006 pero las circunstancias, la realidad, la violencia y las falsas promesas les han demostrado que el verdadero peligro para el país no es Andrés Manuel sino el continuismo de un sistema injusto y caduco que poco a poco le ha cerrado las puertas a millones de jóvenes que no tienen los recursos para seguir estudiando, por lo que han sido orillados a caer en las conductas antisociales, con un resentimiento que no saben hacia dónde dirigir.
Independientemente de la situación económica, los jóvenes siempre tienen ideas frescas y la mente abierta para analizar las cosas sin cerrarse a la razón.
Andrés Manuel López Obrador es un líder natural que habla con la verdad, y aunque la guerra sucia no ha terminado, sus argumentos y la realidad que se vive en estos momentos en México no permiten dudar de sus palabras.
Si se trata de hacer comparaciones entre los candidatos a la Presidencia, ni PRI ni PAN pueden negar que a López Obrador lo asiste la razón cuando describe el fracaso de la política económica neoliberal, adoptada por el PRI y seguida fielmente por el PAN con los terribles resultados que pueden resumirse en: más pobreza, abandono del campo, de la educación y le a industria nacional, desmantelamiento de PEMEX y remate de los recursos naturales que pertenecen a todos los mexicanos.
Qué bueno que los jóvenes están escuchando otro tipo de discursos, y qué bueno que las universidades privadas le abren la puerta al candidato de la izquierda.
Por algo será...
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