lunes, 9 de abril de 2012

Columna Incómoda. Campañas, mensajes y candidatos ALEXIA BARRIOS G.

Vamos ya por la quinta semana de campañas presidenciales y un tsunami de mensajes políticos nos llegan por diferentes medios. Desde un folleto a la salida del metro o en el supermercado, cientos de spots de radio y televisión, llamadas telefónicas y campañas de todo tipo que inundan la blogósfera.

¿Cómo interpretar tantos de mensajes en tan pocos días? ¿Con cuál de todos estos mensajes nos quedamos y realmente cuál de ellos nos persuade de votar por alguna de las candidaturas?

La respuesta, cual lugar común, se conocerá hasta el día de la votación, aunque en las campañas no todo el éxito o fracaso están sujetos a la estrategia publicitaria.

Por ello, y desde mi particular punto de vista, enlistaré los mensajes políticos que me parecen desafortunados por parte de los candidatos presidenciales y de sus personeros en las campañas políticas.

Andrés Manuel López Obrador @lopezobrador_

Atrapado en el 2006. En la campaña de arranque para AMLO la actual contienda pareciera ser más una campaña reivindicativa, más que para ganar la elección. Han pasado seis años y los intereses y demandas de los electores son muy distintos.

Escopetazos, no tiros de precisión. Para mi AMLO está lejos de marcar la agenda política y mediática nacional como lo hacía hace seis años. La fórmula de las conferencias de prensa mañaneras no entusiasman a nadie y con las nuevas reglas electorales, los noticieros de medios electrónicos se limitan sólo al tiempo justo cada candidato. Si el equipo lopezobradorista lanza durante medio día más de tres mensajes, simplemente hace que se pierda.

Pragmatismo por principios. El discurso moral de AMLO ha caído demasiado en el amorosismo pragmático. Cualquier estratega del fútbol dirá que los partidos se ganan con goles sin importar la calidad del juego. Pero cuando un líder como Andrés Manuel fincó durante seis años su campaña de que los principios estaban por encima de cualquier triunfo, entonces el discurso no cuadra con la realidad. De ahí que su postura conciliadora con los factores de poder ha provocado no sólo desconcierto sino ya deslindes y decepciones.

“Perdonavidas” Alianza “de facto” con el PAN y JVM. Erróneamente AMLO enfoca las baterías contra EPN sin tener la certidumbre de que JMV ha caído en las preferencias electorales. Olvidan los asesores o el mismo Andrés Manuel que Felipe Calderón y el PAN harán hasta lo imposible para que JVM sea derrotada y más aún, que en un eventual escenario negativo, pudiera terminar en tercer lugar. Sin embargo, hay quienes creen a pie juntillas que ya se rebasó a JVM y que se debe enfocar la batería contra EPN. Para otros grupos al interior de las izquierdas, la negativa de AMLO de golpear al PAN y a JVM, puede tener otro interés: crear una alianza de facto con JVM a lo que siempre se negó. Sea cual sea la razón, AMLO no ha transmitido correctamente los mensajes hacia sus propios seguidores.

Josefina Vázquez Mota @JosefinaVM

Atrapada en la precampaña panista. Josefina Vázquez Mota y el PAN siguen padeciendo los efectos de su “democracia” interna. Nadie, ni EPN ni AMLO, han hecho tanto daño como el “fuego amigo” panista reflejado en las filtraciones, en los errores de logística, en el golpeteo mediático contra su coordinador de campaña, en el vacío de liderazgos para fortalecerla y en la promoción de la idea de que es “la candidata enferma” y de que pudiera ser sustituida. El fin de semana pasado, JVM apenas llamó a sus ex contrincantes internos, Ernesto Cordero y Santiago Creel, a sumarse a su campaña y se puso a hacer ajustes en su equipo. Sin embargo, leyendo a Ciro Gómez el día de hoy, nos damos cuenta que los golpes bajos no cesarán.

República maternal y misógina. A varias mujeres nos molesta en demasiado que Josefina Vázquez Mota utilice el género como instrumento propagandístico, como si ser mujer fuera garantía de éxito o de que las cosas irán mejor. Peor aún, cuando pone su condición de “madre” como oferta de que así nos cuidará a todos los mexicanos. Más aún, a JVM su mensaje no cuadra cuando un “ejército” de troles se dedican a insultar a las mujeres que osan criticarla o evidenciarla en sus limitaciones. Ya habrá tiempo de enumerar todos y cada uno de los troles misóginos enviados por el equipo de campaña de JVM.

La diferencia es que todo siga igual o peor. La campaña “diferente” no existe más que en los spots porque en los hechos, JVM oferta los mismos “éxitos” de su paso por la Sedesol y la SEP. ¿Cuál es la novedad? Ninguna. Quizá quienes han documentado a fondo la corrupción de los integrantes del equipo de campaña de JVM anticipen que sí será diferente: será peor.

Las malas compañías. Desde los tiempos de precampaña Ernesto Cordero se deslindó de que entre sus asesores o consultores estuviera Antonio Solá, el “maestro” de la guerra sucia. De inmediato apuntó: “él (Solá) está con otra (JVM)”. Por eso, quien esto escribe ha sostenido que dicho personaje siempre ha estado ahí. Pero el responsable de la propaganda negra –quien por cierto habría contratado a muchos españoles para trolear a favor de JVM— es un caso único de la animadversión que provocará entre los electores, porque dos piedras en el zapato serán Juan Francisco Molinar Horcasitas y Juan Manuel Oliva. El primero por varios frentes abiertos, siendo el más grave su corresponsabilidad en el incendio de la Guardería ABC. Del segundo, la fortuna inexplicable en su paso por el gobierno de Guanajuato.

Enrique Peña Nieto @EPN

Durmiendo con el enemigo. Si bien en estos días el PRI nacional y los diversos PRIs estatales han cerrado filas relativamente con Enrique Peña, durante semanas el tricolor ha vivido en carne viva lo que es el canibalismo político en varias entidades; la razón, el chantaje de los aspirantes a puestos de elección popular de que si no eran nominado se irían a otro partido y con otro candidato. Los gobernadores, como señores feudales, incluso, amenazaban con doblar las campañas y por si fuera poco, el partido tricolor caminaba por un lado y el candidato por otro. Ese mensaje fue leído en varias partes del país.

La frivolidad como oferta política. Los promocionales de EPN son muy televisos, al grado de que sólo faltaría colocar el título “Vive México Mejor”, la campaña que desplegó la televisora durante meses anteriores para promover algunos estados del país y sus tradiciones. Pero no está ahí la principal crítica, sino que el equipamiento mediático de la empresa con EPN llega al grado de colocarlo en segmentos de frivolidades, de chismes y en denigrar a las mujeres en el sentido de que votarían por él “por guapo”, dándole armas gratuitas a sus adversarios.

El “síndrome Pedro Infante”. La campaña de imagen de EPN ha querido disminuir el tema de los “amores” del candidato, sobre todo en redes sociales, equiparándolo con el de un súperstar que es asediado por las mujeres . Ya un conductor de televisión de los Estados Unidos ha puesto el dedo en EPN al apuntar que un asunto de esa naturaleza en su país ya lo habría descarrilado de cualquier contienda. Pero no entienden y los estrategas priístas no quieren salir de esta temática.

El PRI de siempre. Los personeros del candidato tricolor sienten que ya tienen el triunfo en la bolsa y que la elección de julio próximo es un mero trámite. De ahí que se observen desplantes de soberbia y prepotencia como de antaño, de ahí que estén muchos muy envalentonados desafiando a ciertos grupos de poder y que se desplieguen compromisos a diestra y siniestra. La cultura priísta no cambia, aunque sean otros los nombres y otras las circunstancias. Pero del plato a la boca se cae la sopa, reza un dicho.

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