sábado, 2 de marzo de 2013


Dejen de alabar al Comandante y cumplan sus enseñanzas

Desde que el Comandante Chávez dejó de aparecer debido al tratamiento al cual ha sido sujeto, se desataron los diablos, la canalla mediática, el poder económico financiero. Los factores de la oposición, han encontrado un caldo de cultivo para difundir toda clase de especulaciones. Existe un plan de desestabilización que intenta asfixiar la revolución al procurar colapsar la economía, unido a la manipulación que se intenta diseminar sobre las fuerzas armadas, para que estas ejecuten un golpe de estado.

El ataque ha sido de tal magnitud que ha provocado que nuestros propios dirigentes, caigan en su juego y repitan lo que ellos alegan, al reforzar a cada instante la negación de lo que estos comentan.

Frases como: no estamos peleados, no hay desabastecimiento, no hay escasez, el presidente está bien.

Ya deberíamos dejar de recargar al Comandante de nuestras responsabilidades. La revolución no es el Comandante, y si en realidad es así, les comento que estamos perdidos. El proceso posee un grueso número de dirigentes que ocupan funciones de estado, que son quienes deben asumir su papel en cada trinchera, desde donde acciona.

El Comandante ya echó a andar el carro de la revolución, ahora le corresponde a cada ente del estado que cumpla con su rol. ¿Es que acaso no existe un plan de gobierno llamado programa de la patria 2013 - 2019? Pues que se comience a aplicar y concretar.

Sin darse cuenta, nuestros dirigentes han dado pie a los esperpentos de la oposición para que continúen destrozando moralmente al Comandante. El hecho de que a cada instante se informe que el presidente está al tanto de todo, y que se comunica por distintos medios, provoca matrices de opinión alentadas por las transnacionales de la oposición, que aunque no lo queramos aceptar, están logrando la duda y la desconfianza en la población Chavista y no Chavista.

Al Comandante lo han acribillado como se les ha dado la gana, y esto ha ocurrido debido a que cada falla del gobierno recae sobre él. Si la delincuencia aumenta, si el dólar sube, si no hay alimentos, si hay especulación, todo es debido a la falta de gobierno. Estos son alegatos utilizados por los monstruos de la derecha, lo que significa que si se pudiesen ir resolviendo, no habría argumentos para destrozarlo.

Pero, ¿cómo se logra minimizar esto? Está sencillito: haciendo al estado más eficaz en todas de sus áreas, esto permitirá que los ataques que hoy recaen sobre el presidente comiencen a cesar.

Si el alto mando de la revolución tomó como estrategia, evitar las presentaciones públicas del Comandante durante su proceso de tratamiento, para así evitar que fuese expuesto a la degradación moral y de su reputación, debió tomar en cuenta que su ausencia, traería toda esta arremetida. Entonces si la estrategia era para que no fuese destrozado moralmente, considero que no dio resultado. Hoy nuestro máximo líder a pesar de que no se ha mostrado en ningún espacio ni medio de comunicación, ha recibido todo tipo de atropellos a su dignidad, lo que nos entristece y nos llena de rabia e indignación.

Ahora bien. El pueblo podría tomar los medios de comunicación que se han prestado para estos actos inhumanos y quemarlos, pero entonces no faltará algún vocero del estado que dirá, no se puede hacer esto, ya que le estaríamos dando argumentos a los marines, para que nos invadan. Y entonces, ¿qué carajo hacemos ante tanto excremento? Lo que olvidan estos archirrevolucionarios es que los libios eran aliados de la unión europea y de la OTAN y sin embargo los acabaron. Cuando los gringos desean invadir un país, lo hacen y solo inventan las excusas y arrasan con todo.

La dirigencia debe asumir su papel de radicalización de la revolución. Debe ser vanguardia en la profundización del proceso. Dejar de alabar al Comandante y accionar como él lo haría. Que pongan en práctica el lema de que todos somos Chávez. Por un lado se nos dice que todo está bien y por el otro lado los poderes económicos los sorprenden. Si su estrategia fue el no permitir las apariciones públicas del Comandante, pues optimicen al estado.

Hoy se hace necesario que la dirigencia de la revolución acelere los cambios hacia el socialismo. En cada escenario, en cada espacio, el pueblo ya está cansado de que se siga agrediendo a su máximo líder, y que el estado no actúe para evitarlo, sin olvidar que no hay peor ofensa contra el Comandante que la de distorsionar sus planes, por la ambición y el personalismo y esto ocurre dentro de los mismos partidarios del proceso.

Poco a poco ese pueblo ha aprendido y conoce quien le miente y por supuesto que no está dispuesto a dejarse robar lo que le pertenece, pero tampoco a permitir que una dirigencia frene el avance de la revolución, a pesar de que no se pueda olvidar que cumplieron un papel relevante en alguna etapa del proceso. El que no tenga nada que aportar, que se coloque a un lado y que dé paso a la vanguardia. Así que nuestra dirigencia que deje de hablar y alabar al líder y cumpla su enseñanza.

El Comandante hoy, pase lo que pase, cumplió su misión que fue la de formar un pueblo para la libertad, para lo bueno, y aunque la contradicción sea que la mayoría de los formados no están insertos en el alto mando de la revolución, estamos rodilla en tierra ante cualquier adversidad o situación que pueda poner en peligro a este proceso, por lo que si el estado desacelera su avance, lo tomaremos y lo pulverizaremos. Ya basta de excusas.

Vencer o morir

Que Viva Chávez, Carajo.

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