12 de Agosto, 2009 - 00:00
La declaración no sólo desafortunada sino mentirosa de Calderón en la Cumbre trilateral, de que las fuerzas armadas son castigadas por las violaciones que cometen contra la población civil en su lucha contra el narco, fue refutada inmediatamente por Human Rights Watch (HRW), organización dedicada a la defensa de derechos humanos, con sede en Washington, que cuenta con suficientes evidencias de que los abusos de militares en México quedan sin castigo.
Por otro lado, Miguel Ángel Granados Chapa en su columna también desmiente el dicho de Calderón.
”Por leve mayoría, de seis votos contra cinco, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó el proyecto de sentencia cuya aprobación hubiera abierto la posibilidad de que los militares que cometan delitos contra la población sean juzgados en tribunales civiles y no en los del fuero de guerra. Aunque se llegó a ella por razones técnico-procesales, sin entrar al fondo del asunto, el resultado de esa decisión es preocupante por dos razones, a cuál más grave: el que se haya generado por presiones del Ejecutivo, lo que implicaría una importante lesión a la autonomía judicial; y el que prevalezca la práctica contraria a la definición constitucional del fuero de guerra, que limita la jurisdicción castrense a los delitos cometidos contra la disciplina militar”.
Lo grave del asunto no es la mentira evidente de Calderón, dicha así, tipo Fox, sino la manga ancha con la que actúan los soldados contra la población civil en la denominada guerra contra el narcotráfico.
Enfrentar al Ejército contra el pueblo desprotegido, empobrecido y humillado es algo que tarde o temprano traerá consecuencias para las mismas fuerzas armadas. No olvidemos que los soldados son pueblo también, que sus hijos, sus padres y sus parientes forman parte de esa masa humana por la que nada está haciendo el gobierno usurpador, pero también se afectará significativamente el concepto y el prestigio del Ejército Mexicano, motivo por el cual la ingerencia de las fuerzas norteamericanas puede ser aceptada.
No importa de qué tamaño sean las mentiras, cuántos medios las difunden y de qué Cumbre vienen, la realidad nos dice lo contrario, es más, ya aprendimos que cualquier declaración del pelele es exactamente lo contrario a lo que ocurre.
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